Kim sunoo está embarazado. ‹𝟹 Sungsun

⁰⁷➝ estrés

Es cierto que Jiyong le advirtió, pero no podía evitar sorprenderse al mirarse a sí mismo.

Como había predicho su padre omega, el pecho de Sunoo había crecido (claramente no como el de las féminas pero sí podía notar el repentino cambio). De nuevo ahí estaba, frente al espejo, observándose sin más que su ropa interior.

— Espero que cuando seas mayor, agradezcas todo esto, cielo. —Acarició el abultado vientre que, por alguna razón, esa mañana estaba un poco más grande que de costumbre.

Sonrió al sentir las suaves pataditas que dió su cachorro; pero esa misma sonrisa se borró cuando los movimientos de su bebé pasaron de ser débiles y tranquilos a sentirse como fuertes tirones, que lo hicieron doblarse del dolor y abrir la boca en el momento.

— Probablemente reflexiones después y seas agradecido.

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Después de tres largos -no tanto- meses, Sunoo tuvo que volver a regañadientes a la oficina para dar algunas indicaciones a su querida secretaria.

— Ah, Sunoo. —Jimin, la recepcionista de la empresa, lo interceptó con una de sus brillantes sonrisas.— ¡Tu pancita ya se nota! ¡Te ves tan adorable!

Su neutra expresión no desapareció en ningún momento, algo que para nada desanimó a la amable joven frente a él.

— ¿Y cómo está Sunghoon? Deben estar tan contentos con tu embarazo. —La alfa corrió hasta él para acariciar cariñosamente su vientre, con los ojos cristalizados.— De verdad, muchas felicidades.

— Gracias, Min. —La chica asintió emocionada. Hacía tiempo que ella y su novia intentaban concebir, sin resultado alguno.— Subiré a mi oficina, tengo varios pendientes.

Con eso dicho, caminó hasta el ascensor, oprimiendo rápidamente los botones. Subió enseguida y después de unos cuantos minutos se encontraba caminando hasta su lugar de trabajo.

— Yeji... Yeji —Su distraída secretaria omega seguía sin darse cuenta de su presencia debido a estar viendo uno de sus románticos dramas.— ¡Hwang Yeji!

La nombrada saltó sobre su silla, por poco tirando su teléfono celular al suelo.

— Señor Kim... vino hoy. —Riendo nerviosamente se puso de pie e hizo una pequeña reverencia a manera de saludo.

— Estoy aquí para darte unos documentos.

Se dió la vuelta y se internó en su oficina, siendo seguido por Yeji. La encontró justo como la había dejado.

— Bien, estos de aquí, —Apuntó hacia las carpetas que estaban sobre su escritorio.— tienes que dárselos al director Choi.

La muchacha asintió, anotando las instrucciones en una libreta.

— Por cierto, señor, la jefa de sección Park me pidió el informe que le entregó a usted antes de que se fuera.

Sunoo se movió ágilmente por su oficina, buscando el folder con el informe que necesitaba.

— ¡Oh, es cierto! Está en cinta, señor Kim, yo lo ayudo.

— No, no es necesario, en serio. —Pero tuvo que tragarse sus palabras. En un abrir y cerrar de ojos Yeji ya había tirado varias de sus carpetas por el piso de su oficina.

La miró sin mencionar ni una palabra. La omega también lo observó con miedo, pues conocía perfectamente la expresión de molestia del omega más alto.

— ¿Qué fue lo que te dije, Yeji?

— ¡No se estrese, señor! ¡Yo lo reorganizaré!

— ¡No! ¡No lo toques! ¡Lo haré yo! ¡Por favor!

Y de nuevo, en un abrir y cerrar de ojos, otra caja con papeles importantes de la empresa se encontraba tirada sobre el piso.

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