CAPÍTULO 11 - NATALIA

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—Oye no te comas mis patatas, eres una ladrona —dice Álex riéndose.
—Sí, lo soy. Toma, ten un poco de mi sándwich, así no me sentiré tan mal —le digo acercándoselo a la boca.

Álex, Michelle, Carlos y yo estamos en el bar donde comimos Álex y yo hace un tiempo. "Celebrando" que por fin me han quitado la venda.
—¿Esta tarde vamos a comprar los vestidos, Nat?
—Ok.
—Ay, no te he comentado amor, pero tienes que venir conmigo a la inauguración de un hotel.
—¿Enserio? —dice Carlos poco entusiasmado.
—Sí, y te necesito elegante.
—Oye Nat, eran dos invitaciones, ¿con quién vas a ir?
—Pues no sé, no lo he pensado, supongo que con mi hermana. Aunque dudo que ella quiera ir, no le interesan para nada este tipo de eventos.
—Pues ves con Álex.
—¿Conmigo?
—Oye, no es mala idea. Álex, porfis —le digo haciendo un puchero.
—No, además no tengo nada que ponerme.
—Por eso no te preocupes, Carlos te puede prestar algún traje, ¿verdad amor?
—Sí, claro —dice Carlos dando un buen mordisco a su hamburguesa.
—Porfis, hazme ese favor, Álex. Te lo pasarás bien, te lo prometo.
—Está bien.
Acto seguido me abalanzo sobre él a darle un gran abrazo y muchos besos.
—Ayyy gracias, eres un sol.
—Lo sé...

[•••]
—¿Es aquí? —pregunta Michelle.
—Sí, eso pone —le digo mirando mi teléfono.
—Vaya, pues no queda lejos de mi casa.
Michelle y yo estamos frente al piso de Álex.
—¿Crees que estará trabajando? —apunta ella tocando en la puerta.
—Pues no sé, espero que no. Igual le debería haber avisado que venía.
—Hola —dice le persona del otro lado de la puerta con una peluca azul y una voz algo ronca.
—Eh...hola, soy Natalia, una amiga de Álex. Y esta es Michelle —digo echando una mirada hacia el salón. Álex me había dicho que tenía una roomie, debe ser ella.
—Ah yo soy Mariana, su compañera de piso —agrega dándonos un beso a ambas.
—Pues Álex no está, pero no tardará mucho. Pasad.
El piso está algo desordenado, hay ropa y maquillaje por todos lados. Es un piso pequeño, pero acogedor. Me siento apartando una peluca del sofá. —Oye creo que te conozco, tú ganaste un concurso de Drag Queen este año o el pasado, ¿verdad?
—Sí. A principios de este, y la verdad que fue la mejor experiencia. Qué ilusión que me conozcas, me haces sentir famosa y todo.
Acto seguido se abre la puerta.
—Hola chicas —dice Álex.
—Hemos venido a traerte el traje.
—Ah vale, voy a dejarlo en mi cuarto.
—Te acompaño.

Dejo a Mich muy entretenida hablando con Mariana. No quiero parecer cotilla, pero me da curiosidad ver su habitación. Está mucho más ordenada que el salón. Nada más entrar me da el olor a la colonia o after shave que usa. Al lado de la ventana tiene una estanteria llena de libros y más a la derecha una pequeña mesa de estudio en la que se encuentra un portátil junto a algunos papeles. Álex me había comentado que escribía.
—¿Aquí es donde escribes?
—Sí —dice colocando la prenda en el armario.
—Y cuentame un poco, ¿de qué va el libro?
—Bueno, pues es un libro de amor con algo de misterio.
—Ah que guay, me gustaría leerlo. Espero que te acuerdes de mí cuando seas un escritor famoso.
—Ojalá llegara a publicar alguna de mis historias.
—Ya verás como sí. Oye no te aburrirás con Mariana, parece divertida.
—Es todo un personaje.
Me fijo y veo que Álex tiene una guitarra apoyada junto a la pared.
—No sabía que tocabas la guitarra —digo acariciándola.
—Si bueno, es un hobbie que tengo aparte de escribir. Aunque nunca tengo tiempo para dedicarle.
—Pues si algún día sacas tiempo, me podrías enseñar.
Cada vez que descubro algo nuevo de Álex me gusta más. Me sorprende para bien.
—Me gusta tu cuarto, es muy tú, ¿sabes?
—¿Muy yo?
—Sí, no sé, aquí está todo lo que te gusta. Se ve reflejada tu personalidad.
—Bueno, paso mucho tiempo aquí escribiendo, me gusta sentirme cómodo. Me encierro y puedo pasar horas en silencio escuchando las ideas de mi cabeza.
—Eres increíble, quiero decir, es increíble lo que haces. Escribir no debe ser algo fácil.
—Pues no, no lo es. Oye, siéntate y échale un vistazo, a ver qué te parece.
Yo le hago caso y mis ojos viajan por las líneas, leyendo todo el primer capítulo.
—Y bueno... ¿qué te ha parecido?
—Está muy bien, enserio.
—Bueno, todavía tengo que pulir algunas cosillas. Pero me alegra que te guste, eres la primera persona a la que se lo he enseñado.
—Así que soy una afortunada.
Me siento en su cama y él hace lo mismo.
—Estoy segura de que llegarás lejos, muy lejos Álex.
Él me agarra del hombro atrayéndome hacia él. Cuando lo hace siento un cosquilleo en la barriga. ¿Que me está pasando?

MIENTRAS HUIMOS DEL PASADOWhere stories live. Discover now