6 Ella Sabe

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Seco mis lágrimas me pongo de rodillas en mi cama para poder abrir la ventana.

-¿que quieres? - pregunto conteniendo las lágrimas junto las ganas de abrazar a aquel chico a quien odiaba.

-Mirabel me dijo que viniera por ti- dice el con un tono de voz arrogante por lo que tu resoplas.

-esta bien solo deja que coja unas cosas- dices mientras recojes tu bolsa del suelo quedas algo adolorida al agacharte por la tremenda paliza que te dio tu padre.

-¿todo bien Cuatro ojos? - pregunto al escuchar un gruñido por tu parte.

Quería decir No romper en llanto para después lazarme a sus brazos y soltar todo lo que tenía dentro, pero no lo hice por miedo a que se riaea de mi.

-si, ya vámonos- digo a lo que Camilo me ofrece su mano, yo ruedo los ojos y la acepto por miedo a caerme y salir más herida de lo que ya estaba.

Pero cuando estaba apunto de poner los pies en el suelo no vi bien por lo que acabe sugeta a Camilo causando un pequeño robor en sus mejillas, cosa que también me pasó a mi por alguna razón así que lo aparte.

Hubo un silencio incómodo hasta que llegamos a Casita donde me esperaba Mirabel  a la cual abrace.

-hasta aquí llegue, chao señoritas- anunció Camilo la andome mi bolsa la cual atrape aguantando el dolor.

-oye ¿sobran arepas sanadoras de tu madre? - pregunto intentando disimular el dolor que sentía.

-claro ¿te sientes bien? - pregunto por qué mi mente busco una excusa buena ya que mi padre no queria que nadie se enterara de las cosas terribles que hace.

-es que me vino la regla- le mentí pero en verdad no sabía si la comida de Julieta podía sanar cólicos menstruales.

-¿la marea roja? - dice Camilo que salió de no se donde.

-¡Dolores! - grito muy abergonza ya que sabía que ella le dijo a Camilo.

Después de eso  segui a Mirabel hasta la cocina donde tomó unas arepas que estaban en un cuenco.

Al terminar de comer mis moratones ya habían sanado por lo que la pase muy bien hablando y riéndo con Mirabel.

En la noche

-¡A cenar! - nos llamó Julieta por lo que nos presentamos en el comedor de inmediato junto al resto de la familia.

-Anne toma asiento, no seas tímida quería - hablo la abuela Alma por lo que le agradecí para sentarme junto a Dolores cuando de repente su hermano se sentó bruscamente en el sitio libre que había a mi lado mientras se aclar su garganta para mirarme.

-ay dios... - resople mirando a otro lado hasta que note como mi contrario toco mis lentes por lo que lo me queje pero me sonrrose.

-¡Camilo! Deja de molestar a Anne - hablo Pepa desde el otro lado de le mesa por lo que su hijo se acomodo en su silla.

-no pasa nada señora Pepa el no es una molestia- dije para seguir comiendo mientras mis nervios crecían por momentos ¿que acababa de decir?

Al terminar de comer ayude a recoger la mesa intentado dar una razón por la que abría defendido a Camilo por que dibujarlo secretamente era una cosa pero esto ya es demasiado ¿o no?

De repente me vino una imagen  suya a la mente por lo que dejé lo platos en el fregadero y me quedé pensando.

-¡os odio hormonas! - pensé ya que estaba más roja que un tomate cuando de repente alguien entró a la cocina.

-Anne ¿estas bien? - pregunto Dolores acercándose a mi.

-si...- respondo para secarme con un trapo de cocina que había cerca.

-es que está mañana te escuche gritar, estabas rogando que ya no te lastimaran pero también escuche nombre de mi hermano entre tus sollozos ¿esta todo bien? - pregunto ella porque lo que mis manos comenzaron a temblar.

el cambia formas (Camilo Madrigal y TN) Where stories live. Discover now