Capitulo 29

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ALYS 

Huelo la fragancia y arrugo la nariz. No, no me gusta.

—No es de mi agrado — digo en voz alta.

Recorro con la vista otro perfume que me llame la atención.

Ryan estará de cumpleaños la próxima semana y mi regalo será una fragancia, pero no hay ninguna que me agrade, todas son muy pasosas y desagradables. Le había pedido a Jake que me ayudara a escoger una pero prefirió quedarse en el auto.

Encuentro una botella que llama mi atención debido a lo bonita y llamativa que es el envase.

Me aplico un poco en la muñeca y la llevo a mi nariz inhalando el olor de la fragancia.

Mmmm está rico, me agrada.

Saco una caja sellada y me voy a pagarla.

—¿Desea algo más? —me pregunta la dependienta.

Miro hacia los lados pensando si debo comprar algo más y niego con la cabeza.

—No, solo eso.

Hace una mueca e ingresa el código del producto.

—¿Para regalo?.—pregunta.

—Si, por favor.

Asiente.

—Bien, son 35 dólares.

Saco de mi billetera el dinero y se lo entrego, me da el cambio y busca una bolsa para envolverlo.

—Aqui tiene, gracias por su compra— me entrega el perfume.

—Gracias a ti.

Salgo de la tienda y voy hasta la escalera eléctrica para bajar.

Adelante mío va un chico con su hermanita pequeña.

—Porfavor Larry —junta sus manitos— llévame al concierto.

El tal Larry niega con la cabeza.

—No te llevaré, estás muy pequeña.

La niña hace un puchero y su hermano le coloca la mano en toda la cara.

Una vez que la escalera llega hasta el suelo, me voy hasta el estacionamiento y me busco con la mirada el carro de mi novio.

Cuando lo encuentro intento abrir la puerta pero está no cede, le golpeó y noto como se sobresalta en el asiento, abre el seguro y me subí al auto.

—¿Qué sucede? Estás tenso.—respondo mientras me abrochó el cinturón.

Me mira y lo veo nervioso.

—Cielo...—me interrumpe con un beso. Un beso lleno de pasión y desesperación, como si fuese la última vez.

Me separo y junto nuestras frentes.

—Cariño, todo estará bien. —le digo.

No sé qué está sucediendo pero sea lo que sea estaré con él.

Se recompone y observa la bolsa de regalo.

—¿Le compraste el perfume?. —cuestiona.

—Sip, fue el único que me gustó y la dependienta lo envolvió de inmediato así que mejor para mí.

—Que bueno.

Fue lo único que dijo antes de encender el auto y arrancar.

Algo estaba mal.

➽➽➽➽➽

—¡Ya! No te muevas —digo entre risas.

Con la espátula saco más producto y se lo unto en el rostro, estamos en mi baño, él sentado en el retrete y yo entre sus piernas aplicándole la mascarilla.

Tu eres mi músicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora