09.

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𝓜. 𝓟

Ya era casi una semana desde que con el profesor Riddle habíamos ido al bosque prohibido.

En esta semana estuve totalmente llena de tareas y completamente concentrada en llevar un buen año escolar.

En el regreso a Howgarts el día domingo Tom me había dicho que tenía que esforzarme en todas las materias y obtener buenas calificaciones.

Pero todo lo hacía complicado, el recuerdo de su mano acariciando mi mejilla no desaparecía.

Y me sentía algo mal ya que la anterior clase de pociones que me tocó pasar con el lo ignore por completo.

¿Tuve mis razones? Claro que sí.

Eso creo.

Toda la noche del domingo que fuimos al bosque prohibido pensé toda la noche en la pequeña situación que tenía en mis manos.

No entendía el porque estaba naciendo una necesidad en mi, de pasar tiempo con el.

Era.. extraño, si, extraño.

Además de las pequeñas criaturas que se habían ganado mi corazón en segundos, los pequeños triklings. Me encantaba la idea de regresar a verlos, pero más me encantaba la idea de ir con Tom

—Y yo opino que algún día los cerdos lograrán volar—la voz de Albert me sacó del trance.

—Tus teorías son nefastas, Alb— rió Alice al frente de mí.

— Claro que no, son coherentes.— emite Alb con total seriedad—Solo piensa—posó su mano en el hombro de la pelirroja— pueden evolucionar físicamente con todo lo que comen, un cerdo come de todo, las probabilidades son muy altas- dijo con obviedad.

— Imaginas mucho— rodó los ojos la pelirroja.

Nos encontrabamos en la biblioteca mientras hacíamos un informe para pociones, lo que me tenía completamente estresada.

Quería seguir impresionando al profesor Riddle.

—Cam, estás muy callada, ¿pasa algo?—cuestionó extrañado Alb.

Levanté la mirada y Albert me miraba con rareza.

—Si, si—reí—estoy completamente bien.

— Mhm-

—Listo, acabé, podemos ir a comer— dijo Alice mientras guardaba sus cosas en su bolso.

— Si, por favor, tengo mucha hambre— suplico dramáticamente el castaño.

—A mí me falta, ustedes vayan yendo— les di una pequeña mirada.

—Buenas tardes alumnos— una voz grave se escuchó a mi lado.

MA PETITE | Tom Riddle Where stories live. Discover now