CAPITULO 17

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La mente de Mew seguía repitiendo las palabras de Brigth, ser completamente honesto, era tan simple, pero a la vez tan difícil, no sabía exactamente cómo empezar, solo sabía que quería hablar con Gulf, sentía su corazón muy pesado y la necesidad de verlo, poder tocarlo, sentirlo cerca, lo estaba consumiendo de una manera desesperante.

Lo que había sucedido con Jack lo tenía en un estado de ansiedad y preocupación constante, su presencia no hizo más que recordarle desagradables y dolorosas memorias del pasado, su inutilidad, su miedo, su dolor... su culpa, todo volvió de golpe.

Su mente no dejaba de traer a él, recuerdo tras recuerdo, su corazón se sentía dolido y su estómago quemaba por la ira que sentía.

Mew se estacionó frente al departamento de Gulf y pensó por mucho tiempo en cómo debería hablar con él, sus dedos no hacían más que juguetear con el volante, ¿debería subir?, ¿y si lo llevo al trabajo?,¿aceptará que lo lleve? ¿estará enojado?, ¿y si me ignora?

El cielo comenzaba a oscurecerse y las luces de las calles se encendieron automáticamente, formando una larga línea que se perdía a lo lejos, seguía estacionado al otro lado de la calle sin poder moverse de su lugar.

Para su sorpresa Gulf salió del edificio antes de que el pudiera ir a buscarlo, se veía realmente atractivo, como para sacar suspiros a quien se cruce en su camino, pero para Mew lo que más llamó su atención era su semblante decaído, Gulf levantó la mano mientras aun caminaba hacia la calle y subió a un taxi antes de que Mew pudiera hacer algo para detenerlo, parecía no haberlo visto.

Mew pudo simplemente viajar directo al trabajo de Gulf para tratar de tener una oportunidad de hablar con él o regresar a su departamento y esperar al siguiente día, pero como la torpe racionalidad de un hombre enamorado actúa en función a su deseo de estar cerca de la persona que ama, condujo tras el taxi.

¿ qué haces Mew, esto es acoso? , se decía así mismo, solo veré que llegue a salvo al trabajo y lo dejaré tranquilo, decía su otra parte del cerebro.

Al final se llevó la sorpresa de que Gulf no fue al trabajo, sino que fue a un centro nocturno en compañía de varias personas, al único que reconocía de ese grupo era a Mild, así que dedujo que eran sus compañeros de Universidad.

Debería irme

Simplemente no era el día, ni el momento indicado, no podría hablar con Gulf.

La oscuridad lo cubrió completamente al avanzar la noche, como un muy conveniente camuflaje, apagó el auto, encendió la radio y apoyó sus brazos sobre el volante, recostó su cabeza de lado con la mirada en dirección a la discoteca en donde estaba Gulf y se quedó en ese estado perdido en sus pensamientos.

Su bella imagen se reflejó en el cristal de la ventana.

Una canción sonaba suavemente en su oído, Gulf... te extraño... cerró sus ojos y regresó al momento exacto cuando besó a Gulf, recordó su aliento, sus suaves labios, su respiración, su corazón latiendo acelerado y su cuerpo estremeciéndose en sus brazos y moviéndose para acercarse al suyo, fue como flotar en las nubes, como escuchar la más hermosa melodía, las células de su cuerpo tuvieron que trabajar más de la cuenta para no morir de emoción.

Sonrío como un niño extasiado por la felicidad.

Fue como su primer beso cuando apenas tenía 17, el cual también recuerda claramente, no hacía falta decir que cada uno de los recuerdos que tenia de su lindo novio de ese entonces estaba grabado profundamente en su corazón.

Volvió a abrir sus ojos y se reincorporó para apoyar su espalda en el asiento, si seguía así podría caer en un coma, apenas había pasado una hora, si te dijera lo que sucedió en ese entonces, ¿lo entenderías?, ¿me perdonarías por la decisión que tomé?... ¿fue lo correcto?... se dijo a sí mismo, te amo Gulf, te amo tanto que siento que voy a morir...

WAY BACK HOMEWhere stories live. Discover now