Impredecible

Los riesgos de ser impulsivo

La paciencia es una virtud. Claro que sí. Sungchan suele ser metódico y del tipo lógico. Si debe actuar con prisa, lo hará, pero si es mejor analizar antes de decidir, tome el tiempo que tome, lo hará también.

Supone que se debe a la sensación de control que le da hacer las cosas de ese modo. Y tal vez por eso mismo es que ahora le es tan difícil de manejar la sensación de descontrol que le genera un revoltijo en el estómago cada que ve a Shotaro. Hace unos meses esa sensación aparecía solo cuando estaba cerca o a lado de su hyung, pero ahora basta con incluso solo escuchar su nombre. Ha investigado al respecto, y al parecer esa sensación suele llamarse como un "mariposas en el estómago" pero para él es como un huracán que le revuelve todo por dentro y le produce una sensación electrizante por todo el cuerpo y desemboca en las palmas de sus manos. Lo peor es no poder controlar esa sensación con respiraciones profundas o tratando de repetir un mantra que le distraiga y calme. Lo bueno es que siempre ha sido bueno aparentando externamente tranquilidad y calma.

Lo aterrador es que esa sensación aumente antes que reducirse o desaparecer. Y hasta ahora no ha encontrado señales de una pronta mejora. Cada día es más difícil de manejar, pero no quiere tomar la decisión de alejarse de Shotaro para calmar la sensación. Sabe que no funcionará. Debe de encontrar otro modo...tal vez realmente deba confesarse, talvez  el seguro rechazo y el dolor que lo acompañe sean lo que necesita para dejarlo de una vez.

Y bueno, es obvio que en su interior el huracán ha hecho su aparición ahora que está en la sala de descansos de la enfermería. Yuta está hablando con la enfermera y Sungchan entro inmediatamente para ver que Shotaro realmente estuviera bien. Lo cual no fue bueno para su corazón, solo verlo sentado en aquella camilla cómoda, algo cansado pero con una sonrisa deslumbrante al percatarse de su presencia, provocan estragos en el más alto. Al menos internamente. Por fuera su expresión está angustiada por que fuera de todo, siente culpa por esta situación.

Hyung...yo, lo siento— Sungchan deja salir estas palabras a medida que se acerca a los pies de la camilla y agacha la mirada. Shotaro ladea la cabeza, mientras su sonrisa decae un poco, no le gusta ver a Sungchan así. Entonces niega inmediatamente mientras agita las manos suavemente.
—Eh? No, no, no hay nada de qué disculparse Sungchan, no fué culpa tuya...— Una vez obtuvo la atención de Sungchan que le dirigió la mirada nuevamente, Shotaro soltó un suspiro y decidió hablar— yo... No he estado alimentandome y durmiendo correctamente. Estaba agotado y, tarde o temprano algo como esto iba a pasar. No es tu culpa— Shotaro sonríe con algo de verguenza por admitir su descuido hacia su propia salud, cuando es quien suele preocuparse de recordarle a Sungchan de cuidar la suya. Extiende entonces la mano, para que Sungchan se acerque a tomarla. No es usual que Sungchan esté tan distanciado de él cuando están juntos. Una vez Sungchan se acerca y toma su mano, Shotaro lo acerca más hasta que pueda sentarse en el asiento a lado suyo. Sin dejar de mirar al otro. —De hecho, gracias por escucharme Sungchan...yo, no quería contar sobre esto por que creo es algo tan...absurdo, pero, aún así he dejado que me consuma más de lo debido y-- —

—Taro Hyung! Ah...lamento interrumpirte pero yo...yo no creo que sea absurdo. Si te preocupa, es por que tiene importancia para tí. Aunque no me había dado cuenta de que te tenía tan descuidado de tí mismo. Te noté algo cansado, pero supuse que era por los exámenes...— agregaba Sungchan mientras procedia a acariciar la mano del otro que aun sostenia la suya.

—Bueno, en parte también fue eso. Aunque ayudaron mucho las videollamadas con el grupo de estudio de Winter y Giselle — Shotaro sonreía divertido al recordar lo bien que se la pasó en ese grupo.

Sungchan en cambio sentía como si algo dentro suyo le aplastara todos los órganos. Ya estaba asumiendo que definitivamente era la sensación de celos. Pero debía enmascararlos, más aun ahora. Pero en ese momento, pese a la sensación de aplastamiento, surgia una ebullición de sensaciones, como si algo dentro suyo estuviese cansado de contenerse más, queriendo salir ya!