Prologo

33 4 0
                                    

-¿Donde esta la novia? - Pregunto, mirando al alrededor. Acomodo mi bata, escondiendo el arma.

-Yo..., yo no sé. - Exclama, la chica, con la mirada aterradora, mirando hacia todos lados.- Ah, ¡Ahí está! ¿Dónde estabas, mujer?

-¿Dónde está ese mal nacido? -Exclama, la mujer que acaba de robarme el suspiro.

Estamos de pie, frente al altar y frente a mi, una hermosa mujer de ojos color miel, que estoy segurisimo, que en otra ocasión esa mirada, esa expresión, muestra dulzura. Pero ahora, solo muestra odio. Su hermoso vestido se desliza por su esbelto cuerpo, una mujer alta y con elegancia.

La dejaron plantada.

-Hija mía, por Dios, ¿Cómo estás? - Exclama, una señora canoza y de ojos verdes, con un acento extraño, supongo que es la madre. La señora toma por las mejillas a la novia y trata de consolarla.

La preciosa y enojada novia, quita las manos de su madre y se sacude. - Mamá, estoy bien, solo necesito encontrar a ese mal nacido. - La chica se muerde el labio.

Todos, la miran expectante a lo que va a hacer. Este hijo de puta sabía que venía a por él.

-¡Padre! ¡Ay, padre, lamento mucho tener que desperdiciar su tiempo! - La madre de la novia me toma la mano, dirigiéndose hacia mí.

Un poco distraído, giro sobre mis talones y me doy cuenta que la señora me habla a mí. Esto de actuar al ser santo, me cuesta jodidamente toda la vida.

-No se preocupe, hija mía. -Sonrío, tratando de calmarla y haciendo mi mejor actuación posible- Solo quiero saber que su hija esté bien.

Suelto su mano y lentamente camino hacia esa mujer, quién yo, estupidamente no sabía quién era. Había investigado tanto, pero tanto a este tipo, y en ningún registro salió a relucir esta hermosa mujer frente a mí. ¿Hubiera detenido mi busqueda por ella? Jodidamente, no.

La veo, con su pequeña mano, hecha un puño y agarrando el vestido, tan enojada, indignada, que sus nudillos están rojos. Me acerco a ella, mientras ella ve cómo todos los invitados se levantan, apenados y se van.

-¿Todo bien? -Pregunto, y al momento me doy cuenta que es la pregunta mas estupida que pude haber hecho.

-Sí. -Es lo único que dice, sin verme al rostro. En todo este tiempo, no ha hecho contacto visual conmigo. Sonríe, falsamente, con un suspiro.

Y se va.

-Ay, padre, perdone a Zara, no está en su mejor momento. -Comenta la madre, revelando el nombre de la chica.

Sin decir mas, la señora se va corriendo, detrás de la chica, gritando su nombre.

Zara.

Te encontraré, Zara. Y te protegeré.

Bajo Tu FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora