UN TRATO Y POCO AMOR ✔ [ ¡¡EN PAPEL!!]

Capítulo 26

Lista, salí de mi apartamento en busca de mi cita. ¿Y quién iba a decirme que tendría San Valentín este año?

A ver, no era nada oficial, pero Frank insistió y planeó una cena romántica.

Seguía yendo despacio; respetando mi decisión. Por lo que decidí, más que nunca, darle una oportunidad.

Además, ya no me quedaba nada. Alarick estaba con Beck, no dio señales de vida y las cosas hablaban por sí solas.

Dado así, que centré mi atención en el único hombre que parecía, por el momento, estar haciendo las cosas bien conmigo. O al menos lo intentaba.

Nada más verle en la calle, frente a mi edificio, sonreí y caminé hasta él.

Me tendió el brazo, caballeroso, y entrelacé el mío con el suyo.

—Hola, preciosa —soltó una sonrisa, causándome a mí otra tontamente.

—Hola —dije de vuelta.

—¿Lista?

—¿Adónde vamos? —pregunté con emoción.

—Es una sorpresa.

Apretando mis labios, ocultando otra sonrisa, subimos a su coche y partimos hacia el restaurante que eligió.

Media hora más tarde, divisé uno al que siempre quise ir, pero al ser de alto "standing" y caro, jamás estuve. ¿íbamos a cenar aquí?

«¡Por favor, dinos que sí!»

Salió del coche tras aparcar y vino hasta mi puerta; abriéndola y tendiéndome la mano.

Salí y volviendo a unir nuestros brazos, entramos en el restaurante.

—Frank, ¿En serio vamos a cenar aquí?

—¿No puedo traerte al mejor restaurante de la ciudad?

Ahogué una risa y nos paramos en la puerta. Le miré.

—Me encanta —admití.

—Entonces... —señaló con su mano que entrase.

Nos adentramos en el restaurante y observé este, maravillada. Era realmente precioso.

Apareció el metre de la nada frente a nosotros y nos sonrió.

—Buenas noches. Tenían reserva, ¿Cierto?

—Por supuesto. A nombre de Frank Gallagher.

El metre asintió y nos guió hacia la mesa. Tomamos asiento y yo me sentí por un momento como una quinceañera.

Hacía años que no celebraba un San Valentín con alguien. Y tenía la certeza de que Frank hoy me pediría, tras tres meses pacientes por su parte, salir juntos.

¡Al fin!

Comenzamos celebrando la velada con una copa de vino.

—Y, entonces... ¿Qué te parece? —preguntó él, refiriéndose al plan. Tomó su copa de vino y dio un trago.

—Me encanta —admití—. Definitivamente me has sorprendido.

Enarcó una ceja.

—¿Ah, sí?

—De hech...

—¿¡Nedra!? —una voz meramente familiar y poco amistosa sonó tras mi espalda. Al girarme, me encontré con aquello que en absoluto esperaba un día como hoy y mi humor decayó por completo.

—¿Beck? —dije y luego miré a Alarick, quien iba junto a ella—. Y... ¿Alarick?

—¿Alarick? ¿Tu amigo? —cuestionó Frank y rápidamente se alzó a recibirle.