Capítulo 28

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¡Qué maravilla volver a estar en casa!

Y pensar que había echado de menos mi pequeña choza. Ahora ya no tan choza, dadas las reformas.

Como casi todo decidí hacerlo yo, me salieron más baratas. ¿Y qué tenía ahora? ¡Nuevo televisor, ducha con hidromasaje y había pintado toda la casa!

Además de un nuevo sofá, algunas cosas de decoración y mi súper mega cafetera; además de haber arreglado la habitación de invitados barra trastero.

Tras dejar la maleta en el cuarto, revisé que no hubiesen mensajes y también el correo. Todo parecía estar en orden. Todo eran mensajes de Victoria, hablando sobre trabajo, y alguno de Celia, pero nada fuera de lo usual. Hasta que oí la voz de la madre de Alarick tras el teléfono.

Me giré de ipso facto, sin creérmelo, y fui directa al teléfono.

Tuve que escuchar de nuevo el mensaje de voz, porque no creía que fuese real. Pero sí lo fue, y resulta que su madre había estado intentando ponerse en contacto conmigo. Al parecer logró el teléfono de mi casa y me citó para que hablásemos.

No comprendía nada.

Llamé de vuelta y cuando descolgaron, sentí que el aire abandonaba mis pulmones.

—Casa de los Harris, ¿Diga?

—¿Alisa? ¡Alisa! Soy Nedra, Sonia me mandó un mensaje, ¿Está ahí?

—Sí, está en la casa, ¿Quieres que te la pase?

—¡Por favor!

—Un segundo.

Esperé. Y esperé. Y esperé.

—¿Hola? ¿Nedra?

—¡Sonia! Lo siento, he estado de viaje. No he podido atender llamadas.

—No te preocupes, no pasa nada. ¿Cómo ha ido por Grecia?

—¿C-cómo lo sabes?

—Alarick me lo contó hace meses. De hecho... de eso quería hablarte. ¿Podemos vernos?

—Claro —busqué el reloj del salón con la mirada—. ¿Quieres que vaya?

—Por favor.

—En media hora estaré allí.

Y partí de casa.

Y yo quejándome de que mi vida era aburrida. ¡Si no paraba ni un segundo!

Pero, la verdad, si Sonia quería hablar conmigo no debía ser precisamente por algo bueno. Y por teléfono parecía preocupada; algo poco usual en ella.

¿Y si Alarick estaba ahí? La idea me ponía nerviosa, pero me armé de valor y llamé a la puerta nada más llegué. Me abrió Sonia a los pocos segundos y me invitó a entrar. Insegura, mirando el interior, entré despacio.

—Tranquila, Alarick no está —dijo, como si hubiese leído mi mente.

—¿Sabes lo ocurrido? —pregunté.

—No exactamente. Y esperaba que pudieses tú decirme algo —señaló el salón y fuimos hacia allí.

—¿La verdad? Ni yo tampoco lo sé. Aunque tu hijo dejó claro que no volviese a buscarle, a llamaros o a veros a ninguno.

—Será idiota... —masculló por lo bajo y me miró—. Habéis peleado, ¿No?

—Pero de eso ya hace meses —expliqué cuando tomábamos asiento en el sofá.

—¿Qué?

—¿Es que él no os ha dicho nada? Además de ser evidente que está de nuevo saliendo con Beck.

UN TRATO Y POCO AMOR ✔ [ ¡¡EN PAPEL!!]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz