Epílogo

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- ¡A-Ying! - Lan Zhan lo llamó, desde su cuarto compartido, recién había salido de bañarse y había escuchado voces en la sala de estar, pero no esperaba ninguna visita.

Fué hacia allá algo adolorido y arrastrando los pies, habie estado jugando con su hijo, Byeol, toda la mañana, y ahora le dolían músculos que no sabía que tenía.

Así que eso se sentía la vejez.

- ¡Lan Zhan! - escuchó la voz alegre de su esposo, el castaño le sonrió, mirándolo sobre el respaldo de su sillón, su cabello largo enmarcaba su rostro y lo hacía ver muy bonito. - Quiero que los conozcas, ven, son muy especiales.

Lan Zhan fue hacia él, miró con sorpresa a la pareja que estaba sentada junto a su hombre en el sillón, uno de cabellos castaños y otro de color plateado y con puntitos brillantes en este, este último chico se ruborizó cuando se mostró curioso y fascinado con su cabello.

- Lan Zhan, ellos son Wang Yibo y Zhan, a él lo conocí en la nave, es uno de los míos, es mi amigo - dijo Wei Ying, las estrellas en sus ojos bailaron, Lan Zhan vió los ojos razgados del peliplateado y notó lo mismo en estos.

Sonrió de forma honesta, feliz de ver otro como su hermoso Wei Ying, era el primero a demás de él que veía.

- Es un gran gusto - dijo con alegría, se sentó en el sillón individual. - Me encanta que A-Ying tenga un amigo igual a él, es muy lindo.

- Lan Zhan, lo dices como si no tuviera amigos - Wei Ying rodó los ojos. - Yibo y Zhan son como nosotros, y vienen a vivir al pueblo, hay que hacerles una bienvenida y mostrarles todo.

>> También tienen una niña, puede juntarse con Byeol.

Los años habían estado a su favor, y ambos creían perfectamente que era porque finalmente tendrían su final feliz.

De no ser por Zhan, Yibo probablemente seguiría hundido en medicamentos para la depresión, pasando sus días durmiendo mucho, y comiendo mal, porque el vacío en su pecho (que en verdad en varias ocasiones había intentado quitar, pero que con nada se había ido) no lo dejaba avanzar mucho más.

De no ser por Yibo, Zhan probablemente seguiría en soledad, en su nave, viendo de lejos lo que veía como el planeta más cruel y hermoso al mismo tiempo, sin llevarse con nadie y quedando como un raro.

Pero debían admitir que de no ser por Wei Ying, su reunión probablemente hubiera seguido siendo un sueño, el castaño era el empujón que necesitaban.

No fue discusión cuando Zhan invitó a Yibo para que se mudaran, y luego de recibir permisos de la Agencia Espacial, y hasta del mismo gobierno (porque para el mundo, Yibo estaba muerto, porque la gente de poder no querían que se supiera que habían cometido un error con él, y menos aún que una adorable vida extraterrestre de cabello plateado lo había rescatado).

Tardaron un par de años (y una hija) en terminar los permisos y conseguir un hogar modesto en aquel pueblito.

Wei Ying los había recibido con los brazos abiertos y ya estaba planeando todo en su mente, en una salida al parque con los niños y una cita doble, se demostraba en su sonrisa y en el rubor de sus mejillas.

- Oh, una niña - Lan Zhan sonrió con ternura, le gustaban mucho los niños, su hijo ya estaba algo grande y le daba algo de nostalgia, el pequeño había comenzado la escuela primaria y fue cuando se había dado cuenta que ya no era un bebé - ¿Dónde está?

- Iré a buscarla - Zhan se levantó del sillón para ir a paso lento hacia los cuartos, donde su hijita se había ido a jugar con el niño de aquella pareja - ¡ZhanYi!

Yibo rió un poco y sintió un poco de vergüenza.

- Byeol es un nombre muy lindo - dijo, haciendo que Lan Zhan se sintiera orgulloso porque él lo había elegido.

- ZhanYi también - dijo Wei Ying, para devolver el cumplido - ¿Por cierto, por qué "ZhanYi"?

- Zhan de Zhan, Yi de Yibo - respondió encogiéndose de hombros, y Lan Zhan rió como su fuera el mejor chiste que le habían contado.

Zhan volvió con la pequeña en brazos, detrás de él, Byeol los acompañaba a la sala, ya que se habían llevado su compañera de juegos, debía hacer algo.

De inmediato la expresión de Lan Zhan cambio a una de completa ternura, y alzó sus brazos para cargar a la pequeña, Zhan se acercó a él para presentarselo y ver si quería ir con él.

Su cabello era muy oscuro y liso, llegando hasta los hombros, tenía flequillo que cubría su frente, sus ojitos eran grandes y curiosos, estrellas brillaban en estos, al asentir Lan Zhan la acomodó en su regazo y le hizo mimos en el cabello, comenzó una conversación con ella y no podía evitar sonreír con ternura.

- ¿Cuántos años tienes, ZhanYi?

La pequeña se tomó un momento para alzar cuatro deditos.

- Oh, cuatro... - Lan Zhan estaba casi retorciéndose de ternura, cosa que a Wei Ying le parecía muy gracioso. - Te pareces mucho mucho a Zhan, ¿Sabes?

Al escuchar su nombre, el peliplateado volteó hacia él, y Lan Zhan paso su mirada de la niña a Zhan, eran los dos muy parecidos e igual de tiernos, hasta parpadearon al mismo tiempo y Lan Zhan rió.

Byeol se molestó un poco y fue con Wei Ying, quien también lo acomodó en sus piernas, Zhan y Yibo se encargaron de darle atención y hacerle preguntas, como de qué tal era su escuela o que hacía para divertirse, tomando nota mental para su niña.

Al salir del hogar de la pareja, Zhan tenía una sonrisa amplia en su rostro, sus mejillas estaban ruborizadas y se notaba su emoción a años luz de distancia.

Yibo sonrió al verlo, en su pecho, sintió una paz enorme.

- Al final...La Tierra no es tan mala - dijo Yibo, llamando la atención de su novio. - Al final...Parece ser un buen lugar en el universo.

- Cualquier lugar puede ser un buen lugar en el universo con las personas correctas - dijo el peliplateado, su mano tomó la de Yibo, en la otra, tenía la manito de su hija.

En esa pequeña unión, se sintieron completos.

- Siempre tienes razón... - murmuró. - Te amo, Estrellita - dijo, haciéndolo sonreír con honestidad, como siempre hacía.

- También te amo, Humanito.

❝Y podrías decir que en ese momento fue cuando ambos caímos...En que ya había pasado la colisión, y que el perfecto equilibrio de nuestras órbitas se había asentado, en dos mundos, dos mundos diferentes, que terminarían de amarse en el último suspiro de su vida, en la última vuelta que realizaran, en muchos años más, en una pequeña eternidad.

Finalmente en casa, finalmente juntos, finalmente siendo el humano y la estrella más felices del universo.

Porque así era el destino.

El destino de lo inevitable.❞

FIN...❤🌟

Bitter StarWhere stories live. Discover now