Capítulo IV: "Vas a volverme loco, usuratonkachi"

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Naruto

Ya era de mañana temprano. El fin de semana había llegado y no tenía que ir a la escuela. De todas formas, me había despertado temprano para preparar el desayuno de Sasuke. No sabía a qué horas solía despertarse, pero tendría todo listo para entonces.

Desde el día anterior, mi corazón latía con fuerza cada vez que me acordaba de mi gatito. Ayer me había pedido que yo... lo tocase. No quería que lo limpiara, sino que lo tocase... Me enrojecía hasta las orejas de sólo pensarlo y todo mi cuerpo reaccionaba, pero yo no quería hacer algo que él no quisiese. Me moría por tocarlo y contemplar su rostro lascivo con sus ojos negros mirándome, pero... debía controlarme.

No quería dañarlo. Sabía que tenerlo a la fuerza en mi casa estaba mal, pero era la única manera de hacer que se quedase conmigo por siempre. No pretendía nada más que el hecho de que él estuviese a mi lado. Sólo quería amarlo y que él me amase. No lo obligaría a amarme, pero sabía que podía llegar a conseguir al menos una mirada de cariño alguna vez. Con eso era más que suficiente o, al menos, que no me golpease.

—¡Ah! ¡Sasuke, espera! ¡No me jales el cabello así de fuerte! —me quejé de dolor mientras intentaba apartarlo de mí con cuidado.

—¡¿Qué demonios hacías ahí mirándome?! ¡Casi me matas del susto, usuratonkachi! —me reclamó.

—No te estaba mirando. Solamente estaba esperando a que despiertes y tener el desayuno listo para ti—le intenté explicar cuando logré apartarme.

Él siempre era tan violento. Ayer me había clavado las uñas y había tenido que ponerme una venda en el brazo. Luego, en la mañana temprano de ese día, me había jalado tan fuerte el pelo que me había causado un dolor fuerte en el cuello y también pude notar que me ardía un poco la mejilla... Me había arañado ahí también.

—Bueno... Te dejo el desayuno aquí. Yo voy a... desinfectarme la mejilla—dejé la bandeja sobre la mesa de luz y lo miré.

Él me miró de una manera extraña, como si estuviese apenado por lo que había hecho, pero se puso muy serio y tomó la comida, ignorando completamente mi presencia.

—Disfrútalo...—susurré antes de salir de la habitación.

Cielos... A veces, parecía muy difícil. Me fui al baño para buscar alcohol y un algodón para limpiarme la herida. Sí que ardía. Solamente intentaba mantenerlo lo más cómodo posible. Sabía que sería difícil, pero debíamos aguantarlo ambos hasta que se pudiera acostumbrar...

No podía evitarlo. Él era algo... adictivo, pero me dolía la manera en la que me miraba a veces y en la que me hablaba, pero nada haría que dejase de amarlo y querer estar cerca de él. Estaba dispuesto a darle todo lo que me pidiese, menos su libertad para poder escapar de mí...

Sasuke

¿Por qué ponía esa expresión de tristeza cada vez que yo expresaba mi repudio hacia él? ¿Realmente, yo le gustaba? Eso era enfermizo... También yo había hecho algo estúpido. ¿Cómo demonios me había dejado llevar el día anterior? Quizá él podría llegar a malinterpretarlo.

Su compañía no era del todo incómoda. De hecho, me había gustado pasarla con él la noche que nos habíamos conocido, pero... él había tenido que arruinarlo con su locura. Mira que secuestrarme y tratarme como si fuese su mascota felina.

Había cosas que me preocupaban un poco más que su confusa actitud hacia mí: mis clases, mi hermano, mi libertad y mi vida... ¿Acaso nadie se había percatado de que hacía dos días que no volvía a mi casa ni me comunicaba con el mundo exterior? Naruto me había mostrado la pantalla de mi celular como veinte veces desde ayer y no había ni un maldito mensaje. No era como que él hubiese podido desbloquear mi teléfono y eliminar todo. No era un hacker capaz de descifrar mi contraseña ni tampoco tenía la huella de mi dedo para hacerlo.

Dulce & Extraño [NaruSasu. Yaoi Hard] [+18]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt