2.2

450 29 24
                                    

Dos meses después.

Camino a toda velocidad por los pasillos buscando la oficina del doctor. Siento el corazón salirse de mi pecho y mi cuerpo volverse nada al entrar y verlo sentado en su silla revisando papeles.

Levanta si vista alzando una ceja, camino rápidamente a él que se levanta y me interrumpe antes de mencionar palabra.

—Si, lo hizo, pero no es la primera vez Matthew. Han sido tres veces con esta, pero no hay avances, no dejes que tus expectativas te vuelvan a derrumbar— asiento, él se pone a mi lado entregándome los papeles que agarro y leo rápidamente.

—¿Cuándo fue?

—Esta madrugada cuando la enfermera entró estaba así, no tenía ninguna señal de conciencia.

—¿Podemos intentarlo, podemos hacerlo?— mi voz sale en un susurro mirando el expediente de Liza. Miró nuevamente al doctor que parece dudoso— volvió a abrir sus ojos, eso es una esperanza. Necesito aferrarme a eso.

–Matthew, eres como un hijo para mí y te conozco desde joven solo por eso voy hacerlo.

El quita el expediente de mis manos mientras me invita a salir y tomar camino a la habitación donde se encuentra ella.

Arreglo una y otra vez mi traje tratando de eliminar todo mal aspecto. Para ponerles en contexto: esta llamada cuando desperté recibí una llamada del doctor que ha atendido a Liza en estos tres años diciéndome que ella abrió sus ojos.

No es la primera vez que lo hace. La primera vez lo hizo hace dos años, la última fue hace seis meses y está, la tercera. En ninguna de ella ha mostrado algún signo de conciencia, ha movido aunque sea un dedo o alguna seña con sus ojos.

No quiero que esta sea una vez más de esas.

Entró a la habitación donde hay una enfermera a su lado alumbrando sus ojos a ver si hace algún movimiento pero no logra nada. Ella se acerca a nosotros pero yo solo puedo ver su rostro pálido y sus ojos abiertos sin ningún movimiento.

—¿Nada?

—No, no hay ninguna señal— la miró, ella me da una sonrisa de boca cerrada entregando una tableta con una hoja encima al doctor y este la revisa dándome una mirada.

No digo nada, simplemente me acerco a la cama donde ella está acostada, me siento y tomo su mano para besarla con cuidado.

—¿Vas a seguir jugando conmigo?— doy una sonrisa— por lo menos ten la decencia de hacerlo consciente.

—Te voy a dejar a solas con ella, cualquier cosa me avisas— el doctor se va.

Asiento tomando un mechón de su cabello y poniéndolo detrás de su oreja. Ya no tiene aparatos respiratorios, solo agujas en las venas; trago grueso acercando mi rostro al suyo y pegando mis labios con los suyos.

—¿Dime? ¿Algún día vas a despertar y decirme "Te odio Matthew, no voy a perdonarte"?— me río de mí mismo apretando su mano con fuerza— o quizás decirme "intentemoslo Matthew, podría perdonarte".

Pongo una mueca acariciando su mano.

—Me convence más la última ¿sabes? Me merezco la primera, pero por favor solo quiero escuchar la última.

Tocan la puerta y poco después veo la cabeza de Sandra asomarse, asiento y poco después entra Sebastián quien se acerca a pasos lentos a la cama. 

—¿Nada?— pregunta y niego. Da una larga exhalación, Sandra se sienta en la cama al lado de Liza y Sebastián a mi lado— hey Liza— saluda y me mira– hey Matthew– palmeo su espalda negando.

Lo Siento, Francés #3Where stories live. Discover now