¡Nefarius vs Keryza!

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Lo he pensado demasiado y Philias tiene razón, debo intentarlo. Idon solo se pasa con mujeres en mis propias fiestas y él se molesta porque Rehades, Perseo u otros me hable. Camino con Philias deteniéndome a su lado.

-¿Quién será mi cómplice? -pregunto.

-Muchos quisieran, pero será uno de los hijos de Hermes -asegura-. Es más confiable, quédate, te lo traeré.

Se va de mi lado dirigiéndose a uno de los hijos de Hermes, de cabello rubio y rizo, tez blanca, alto, delgado con ojos claros. Tiene vestiduras de color marrón con un emblema de árbol. Le habla al oído dejándome intrigada por las palabras que están intercambiando. Mientras Philias lo deja para dirigirse a Idon, el cual está muy entretenido veo como el hijo de Hermes se acerca a mí.

-Espero no ofenderla -dice deteniéndose frente a mí.

-¿Por? -pregunto.

Me besa... sobre los labios suavemente, solo dura unos segundos. Sonríe separándose, algo incómodo para mí, pero nada mal

-Un placer -se despide.

Camino a dejar la sala, de esa manera me aguanto las ganas de ver el rostro de Idon.

-¿Qué has hecho? -la voz de Idon hace eco en el pasillo.

-¿Yo? -opino mirándolo.

-El beso -reclama.

-No está nada mal probar varias veces -tiento.

Su sonrisa me enfurece, parece estar burlándose y lo hace de cierta manera.

-Besos tal vez, pero no sexo -protesta-. Eres virgen y no creo que tengas ganas de ... -sonríe de nuevo.

-¿Quién te ha dicho? -intento disimular mi incomodidad.

-Lo sé desde el primer día en que te bañaste en mis aguas -admite.

Me impresiono, pero también es un descaro. ¡¿Desnuda?!

-Eso no quiere decir que no lo quiera hacer -protesto.

Su rostro se hace piedra a su expresión.

-No vuelvas a hacerlo -ordena.

Días después, tarde.

Golpeo su rostro violentamente enojada. Él no se da por vencido, un gran contrincante, pero me fastidia el camino. Casi salgo volando al agarrar el golpe de el sobre mi espalda con su escudo, cierro los ojos al dolor. Agarro mi escudo en el suelo ya tirado desde hace mucho tiempo con una mano en las tiras interiores y una en el borde exterior para tener más control mientras lo maniobro. Dirijo el escudo a su rostro con su misma fuerza para zafarme.

El borde toca su quijada haciendo un crujido violento y cae al suelo sin hacer algún movimiento. Inconsciente, con su mejilla cortada y sangra rápidamente.

-¡Keryza, Keryza! -la multitud grita.

Llena de tierra, polvo, sangre y algunos golpes, suelto el escudo y salgo de la arena.

-Creo que te suspenderé el permiso para seguir luchando -la voz de Idon entra a la habitación. Lo miro inmediatamente.

-No, ¿por qué? -exijo.

-Tu fin será luego de la de Nefarius -asegura-. No quiero que siga luchando sin razón.

Miro a Philias, pero ella solo baja la cabeza en aceptación.

-¿Y por qué? -protesto.

-Porque así lo decretaré -su tono no es agradable-. Hoy pedirás un duelo contra Nefarius por tu hermano, no por ti -ordena.

Juego de Titanes: AtlantisWhere stories live. Discover now