Niña rara

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T/N

—No tienes paciencia —dijeron todos al unísono.

— Sí, lo sé, me lo decían todo el tiempo —dije con un tono de melancolía y tristeza.

—T/N, ¿sucede algo? —me preguntó Miya con preocupación.

—No es nada... es sólo que... nada, pero igual gracias —dije con una sonrisa fingida.

Cinco minutos después, Miya empezó a discutir con Shadow.

—¡No soy un enano, aún estoy en crecimiento! ¡Anciano gordo! —le dijo Miya a Shadow.

—¡No estoy gordo! ¡Éstos son músculos! —contestó. Creo que todos somos Shadow. 

«Me importa una cebolla que no quiera» pensé y con una rapidez genial logré que Miya comiera de su hamburguesa.

—¡No hagas eso! ¡Niña rara! —reclamó Miya.

—No me importa, tienes que comer para crecer sano. Una al año no hace daño, una al mes que rico es, una a la semana es cosa sana, una al día que alegría, pero una a cada rato se te...—dije interrumpiéndome a mí misma.

Goe eg abagago —dijo Reki con la boca llena, aunque intentaba decir «Se te jode el aparato».

Después de salir del restaurante, entramos al auto. Platicamos un poco sobre Adam.

Parece que Adam cada que compite hace un truco creado por él, que se llama «Love hug». Se dice que cada vez que lo ha usado, su contrincante sale herido.

—Que miedo —recalqué.

—Sí, de hecho sí —dijo Reki con seriedad.

Llegamos a Crazy Rock a practicar.

Langa, en un intento de Love hug se cayó.

La patineta de Reki se perdió mientras intentaba hacer un truco que Miya le enseñó; Reki fue a buscarla y Langa le ayudó.

Yo temblaba de frío, no había traído un suéter, siempre lo olvidaba.

Miya notó mis movimientos. Inconcientemente, los brazos de Miya me rodearon.

Yo gritaba internamente, mi pulso se aceleró y mi respiración se volvió tenue.

Reki y Langa regresaron, y debido a eso, Miya se separó de mí. 

—Lo siento —dijimos los dos juntos.

...Y luego llegaste tú  ✓ CompletaWhere stories live. Discover now