Prólogo

239 23 0
                                    

Navidad, navidad, feliz navidad

Los villancicos comenzaron a sonar a las 00:00, era 25 de diciembre de 1939 y todos celebraban felices la navidad.
Excepto Han Jisung.

Jisung era un chico de a penas dieciocho años que habían amarrado a la fuerza con un matrimonio arreglado.
El se ocupaba de trabajar y la chica de hacer las labores de la casa.

El jóven era diariamente criticado a sus espaldas por su forma tan "extraña" de pensar para la época. A él le gustaba cocinar, se ofrecía para ayudar a su esposa con los quehaceres y las responsabilidades de el hogar, ella se sentía afortunada de qué su marido tuviera esa personalidad, por más que ninguno de los dos estuviera enamorado, pero lo intentaban con todas sus fuerzas para poder ser felices de alguna forma.

Todo cambió cuando ese mismo 25 de diciembre una carta fue entregada a Sana, la esposa de Jisung, mientras el estaba trabajando.
Ella se entristeció mucho al leerla, por más que no amaba a su esposo, realmente lo quería y no deseaba que pasara lo que la carta decía.

Horas más tarde el chico arribó a su casa, extremadamente agotado por su cansino y monótono día de trabajo.
Se quitó los zapatos y la chaqueta para después caminar hasta la habitación, preocupándose al instante cuando prescenció a Sana llorando.

Se acercó y rodeó su anatomía con ambos brazos, envolviendo el cuerpo de la jóven en un cálido abrazo.

—¿Que ocurre?

Sana lo observó unos segundos en silencio y le entregó la carta, Jisung la miró curioso unos segundos y procedió a leerla detenidamente, sorprendiendose al captar a lo qué se refería.

—Trendré que combatir en la segunda guerra mundial..

Sana lo abrazó con más fuerza, sollozando con sus ojos cristalizados, ella no podría vivir sin Jisung.

El chico la abrazó de igual manera y sé quedaron así por unos segundos. Jisung colocó sus manos sobre las mejillas de su esposa y limpió sus lágrimas.

—No vayas, por favor

—Sannie, es mi deber y no es algo que pueda elegir, lo lamento demasiado

La jóven escondió su rostro en el cuello de su marido.

—Mirale el lado positivo, podrás estar con quién realmente amas.

—Ji, quiero que sepas que te quiero muchísimo y no quiero que nada malo te pase.

—Yo también te quiero, te prometo que volveré con vida y vendré a buscarte.

—¿Lo juras?

—Te lo juro.

Así fue como la mañana del 27 de diciembre los militares llegaron a la puerta de la casa de Han Jisung, llevandoselo muy lejos de su esposa.

٬  🤺 ․⠀War.  ˚ . ✦ (Minsung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora