Capítulo 44: "Eres mi hermana".

27.9K 1.2K 74
                                    

Segunda Temporada.


Sollocé.

-Por favor no.- Susurré.- No quiero irme de aquí... no quiero.

Rogué apunto de correr hasta la ventana y lanzarme por allí.

-¿Tu estás loca? ¡Joder, hija! ¡Te fuiste de la casa con Camila! ¡No nos dijiste nada! ¿¡Sabes las veces que te hemos buscado, cuanto hemos sufrido por tu puta desaparición!?.- Grito mi mamá.

Miré a mis padres. Mi mamá lloraba y mi padre estaba apunto de hacerlo.

Mis manos temblaron ligeramente.

-Lo se, y lo siento... no saben cuanto... se que estuvo mal... muy mal irme de casa, pero por favor... déjenme quedarme aquí, prometo llamarlos y comunicarme con ustedes, por favor... aquí están mis amigos, la universidad, todo.- Supliqué.

Mi madre miró a mi padre algo confusa.

-Por favor...

Volví a rogar.

Estaba hecha un mar de lágrimas, mis padres aún no sabían de Paige... y no sabía como decirlo, no sabía como decir que me embaracé de uno de mis maestros...

Joder... todo esto es tan difícil.

-¿Como me encontraron?

Pregunte luego de unos segundos ya que no me respondían.

Mi padre se sentó a mi lado y mi madre al otro.

-Queremos que seas honesta con nosotras.- Tragué saliva sonorablemente.- Cuando te fuiste de la casa, el primer día, pensamos que habías ido a la casa de Camila o a una fiesta así que no te buscamos, el segundo día llamamos a los padres de Camila, y nos dijo que ustedes no estaban allí, ellos pensaban que ella había ido a nuestra casa.

Suspiró profundamente.

Fruncí el ceño.

-Cuando pasó un año, nos dimos por vencidos, pensamos que estaban... muertas.- Entreabrí los ojos.- Dejamos de poner anuncios en los periódicos, noticieros y de preguntar... no se como, pero nos llegó una foto tuya con Camila y una niña en una clínica.

Mierda, mierda, mierda... no por favor, no...

-Reconocí al instante que esa clínica era de New York, así que vinimos, apenas llegamos fuimos a aquella clínica, y al preguntar por ustedes, nos dijeron de que una de ustedes había... había estado embarazada y dio a luz en esa clínica... ¿Quién de ustedes ya... es mamá?

Cerré mis ojos.

No puedo culpar a Camila... no puedo...

Ella es como mi hermana, la hermana que nunca tuve, y la quiero muchísimo, la considero parte de mi familia. 

Tendría que... confesar.

Suspiré.

-Yo... en verdad lo siento.

Sollocé.

Con mis manos despeine un poco mi cabello. Maldita sea... esto no podía estar pasando.

Mis pensamientos desaparecieron cuando sentí sus brazos rodearme. ¿Qué?

-¿No... están molestos?

Mis padres negaron con mi cabeza.

-Te entendemos perfectamente.- Dijo mi madre, voltee y la miré confundida.- Hice lo mismo cuando me enteré que estuve embarazada... estaba asustada, pero te quería desde que me entere que te tenía en mi, y según tus abuelos no podía embarazarme a los 28 años... vos sos menor de edad, pero te entiendo.- Acarició mi mejilla.- Debiste habérnoslo dicho antes... no nos hubiéramos molestado, siempre quisimos ser abuelos.

Sonrió ligeramente.

-¿Podemos verlo... o verla?

Sonreí.

***

La casa era suficiente grande como para que Ross no haya escuchado nada. Mis padres ahora sabían de Paige... Y realmente me sorprendió lo que dijo mamá... nunca lo imagine.

Con razón hay ese dicho: De tal palo, tal astilla.

Lo que no sabían era que yo me había embarazado de mi profesor. Estaría muerta si se enteran... 

Al subir a mi habitación, pasé por la habitación de Camila, estaba llorando realmente fuerte... no quiero imaginarme todo lo que le han dicho sus padres, son mucho más estrictos que los míos.

Cuando llegué a mi habitación, eche a Ross para que no se dieran cuenta de nada. Y me quede con Paige. 

Mis padres están completamente encantados con Paige, al igual que los de Camila, por suerte no me preguntaron nada del padre de Paige... por que no sabría que hacer en ese momento.

-Iré a ver a Camila.

Mis padres asintieron, mientras sonreían mirando a Paige quien reía gracias a las feas caras que hacia mi padre.

Subí las escaleras corriendo.

Y entre a la habitación de Camila.

-¿Estas...

Abrí mis ojos como platos al notar que estaba haciendo maletas.

Camila me miró triste, mientras lloraba.

Una lágrima corrió por mi mejilla.

La abracé al instante.

-¿Te irás?

Camila asintió, abrazándome.

-No... no quiero irme... pero... mis... padres...- Tartamudeó, volví a abrazarla.

Sabía como era Camila cuando lloraba.

Era la cosa más triste del mundo.

Me separé un poco de ella. Sonreí amargamente.

De pronto yo también había empezado a llorar.

-Siempre serás mi mejor amiga.- Me dijo mirandome a los ojos.

-Vos no... sos mi hermana, Camila.

Sonreí.

Camila me abrazó nuevamente.

-Este no será el fin de nuestra "hermandad"

Reí.

-Eso nunca pasará.- Sonreí.


---


Sexo con mi profesor | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora