Pt.2; Cap. 7

1K 104 4
                                    


Dormí, más de lo que cualquiera hubiese podido.

Pasé el resto del día durmiendo; despertando de vez en cuando para medicarme y luego volvía a la cama. Alarick estuvo conmigo sin dejarme un solo momento e incluso me sentí mal por ello. Conseguí comer algo a media noche y no vomitar, pero no queriendo tentar más a la suerte, no me alimenté demasiado.

Sin embargo, esa mañana, desperté y al fin lograba sentirme yo de nuevo.

Lo suficiente.

¡Larga vida a las bolsas de Idylla Vernon!

Alarick seguía durmiendo, aunque no era de extrañar. Apenas descansó, por tan sólo quedarse vigilando que nada me ocurriese.

Así que, dejándole descansar, me desperté e intenté desayunar un poco. Media hora más tarde, tras hablar con mi madre por teléfono para preguntarme cómo estaba —además de los tropecientos mensajes que me mandó—, oí a Alarick despertar.

Apareció momentos después, saliendo de la habitación todavía adormilado y vino directo hacia mí.

—¿Dije que me gustaba verte mala? Lo retiro.

Reí.

—Alarick, no tenías que quedarte todo el tiempo vigilándome. Que no iba a morirme.

—¿Y si, Lua? ¿Y si? —se burló—. No puedo cargar con tu muerte. Sé de primera mano que me harías la vida imposible desde el otro lado por no haberte cuidado.

Reí de nuevo.

—Tan sólo me burlaría un rato de ti y luego iría a molestar a otro —dije, rodando los ojos.

Se sentó junto a mí, soltando un pesado suspiro.

Me miró, casi haciendo morritos.

—¿Cómo te encuentras?

Sonreí.

—Mucho mejor, la verdad. Si lo comparamos con ayer.

Bufó y giró su rostro para mirarme.

—Perfecto. Porque tú y yo tenemos que hablar.

Parpadeé, confusa.

—¿Hablar de...? —cuestioné. Su rostro se tornó serio y para qué engañarnos, me asusté—. Alarick, ¿Qué ocurre?

Soltó una risa nerviosa, desviando la mirada.

—Anoche hablabas cuando estabas a punto de dormirte otra vez. Y resulta que dijiste algo muy curioso.

Pasé la mano por mi rostro, abochornada.

—A ver, qué gilipollez dije...

—Dijiste, y cito textualmente: Alarick, no me pegues como a ella, tú eres bueno. Y cuando te pregunté que de quién hablabas, me respondiste que de la chica de mi hermano y mía. Que Jackson lo sabía.

Mi rostro blanqueció.

Y hasta me mareé.

—Estaría soñando ya e imaginando cualquier tontería —intenté convencerle.

—Ya —respondió—. Eso pensé. Pero es que acabas de delatarte tú sola, Nedra.

Mi mandíbula se tensó, intentando mantener la compostura y no derrumbarme.

Sí, sería el mejor novio del mundo, pero de verdad, odiaba a veces que me conociese tan bien. Si es que era capaz de saber hasta lo que pensaba con tan sólo ver mi expresión.

UN TRATO Y POCO AMOR ✔ [ ¡¡EN PAPEL!!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora