07

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Lumine se apartó empujándolo de pronto y se cubrió la boca con las manos, el joven allí la había besado y no parecía tener una pizca de arrepentimiento.

—¿Pero qué haces?— por supuesto que su rostro estaba rojo, no lo podía evitar.

—Te demuestro que no quiero ser tu amigo— le contestó. —¿He sido claro?

Él se acercó lentamente, no quería que saliera huyendo pero sí quería ser claro con ella.

—P-Pero... es...

—Quiero que me veas como a un hombre, quiero que salgas conmigo y seas mía, que te olvides del sujeto del café, que me mires solo a mí.

Silencio. La tensión podía cortarse con un cuchillo.

Lumine lo miró estupefacta, había pensado que el interés de Tartaglia sería el de un amigo fastidioso, no que fuera genuino.

—Si es una broma...— atinó a decir.

—Estoy siendo serio, Lumine, lo siento pero no puedo ser tu amigo— guardó las manos en los bolsillos. —No me tienes que responder ahora, quiero que lo pienses seriamente, por favor.

Antes de irse le acarició a penas la cabeza y la miró directo a los ojos.

—Lamento haber sido brusco, estaba enojado.

—¿Enojado?

—No me gusta que mires a otro cuando estás conmigo— diciendo eso se fue. Ella permaneció allí un rato, sin terminar de creerlo y pensando qué hacer. No había manera de que viera a Tartaglia de la misma manera que a Xiao, pero él la había rechazado.

¿Valía la pena continuar esforzándose o debía darse por vencida y darse la oportunidad de amar a alguien más? 

*****

Xiao subía las escaleras tan rápido como se lo permitían las piernas, estaba furioso, de eso no cabía duda, necesitaba agotarse, necesitaba consumirse.

Llegó a la azotea y lo primero que hizo fue descargar el puño contra la pared.

—Maldición...—masculló.

Menos mal que allí no había nadie, o saldrían corriendo debido a la mirada asesina que traía en ese instante.

Se dejó caer al piso, apoyando la cabeza entre sus rodillas y alborotándose el cabello de tanto frotarlo. No era capaz de borrar de su mente ese recuerdo, y eso lo estaba enloqueciendo.

Lumine en los brazos de ese tipo...

Él sabía que no tenía ningún derecho a enojarse, que la había rechazado y que ella podía salir con quien quisiera, pero no había pensado en lo que mucho que eso le molestaría. Creyó que era capaz de soportarlo, que sería lo suficientemente noble como para poner la felicidad de ella por sobre la propia.

—Eres un maldito egoísta— murmuró, mirando las nubes.

Al caer en la cuenta de que estaba perdiendo el tiempo allí tirado se levantó, alegando su juramento pasado, intentando que eso le permitiera continuar adelante cuando la tuviera que ver con otro. En algún momento iba a suceder.

Volvió a salir, solo para encontrarla justo allí, sentada en la fuente en medio del campus. Como si hubiera sentido su presencia volteó a mirarlo, cruzando miradas unos instantes. Xiao experimentó en poco tiempo un sinfín de sensaciones: rabia, impotencia, amargura, alegría, emoción...

"¿Están saliendo Lumine?". No dijo nada, por supuesto, y se marchó hacia su salón de clases.

Ella tomó su mochila para extraer su almuerzo, era hora de comer, aunque lo cierto era que había perdido todo el apetito. ¿Qué había sido esa reacción de Xiao? ¿Se había enojado por algo?

|XiaoLumi| Como polvo de estrellasWhere stories live. Discover now