Pt.2; Cap. 8

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Llegamos a casa de mis padres y saludamos mientras entrábamos, como de costumbre: A voces. Pero es que las oímos a gritos de vuelta, viniendo de la cocina. Al cruzar el umbral, vimos a Elsa, Kaia, Héctor, Dave y Jackson en la cocina.

—¿Qué narices...? —dije.

Jackson y Kaia discutían.

Elsa suspiró.

—Llevan así media hora —explicó, viniendo hacia mí—. ¿Qué les ocurre?

—¡Pero es mi boda, no la tuya! —le reprendió Kaia.

—A la que ya no asistiré —respondió él.

Kaia pareció sorprenderse ligeramente, pero mantuvo la compostura.

—¡Y a mí qué más me da, Jackson! —dijo.

Miré a mi cuñado, Héctor, que no sabía donde meterse o qué hacer mientras ellos seguían gritándose. Al verme, vino hacia mí.

—¿Qué ha ocurrido? —pregunté.

—No lo sé. Estábamos decidiendo algo sobre cómo sentar a todo el mundo dado los recientes invitados confirmados y se han puesto a pelear.

—¿Pero estos dos no se llevaban bien? —cuestionó Elsa.

Balbuceé ligeramente antes de saber responder.

—Sí, no sé. No comprendo. Serán los nervios de la boda. Y ya sabéis lo idiotas que son los dos.

—Joder, pues menudos nervios.

Sacudí la cabeza, decidida a parar esa estúpida pelea antes de que dijeran algo que no debían o pudiesen arrepentirse.

—¡Eh! —grité y dejaron de chillarse.

Ambos me miraron y entonces se dieron cuenta de lo que había ocurrido.

Todos les mirábamos confusos.

—Perdón —dijo Kaia.

—Joder, vale ya, ¿No? Ya sé que todos estamos nerviosos, pero apenas llevamos día y medio y ya estamos todos peleando.

Ninguno habló, formándose un extraño silencio en el que tan sólo intercambiábamos miradas.

—Yo puedo sentarme con ellos —soltó Dave, supongo que para apaciguar esta tensión.

Kaia rodó los ojos, dando un bufido.

—Es igual. Ya lo arreglaremos —se agarró del brazo de Héctor—. ¿Vamos?

—Claro —le sonrió él y se dieron un beso.

—¿Venís a la casa para ayudar con los preparativos?

—Claro —dije.

Habían decidido alquilar una casa, con un enorme jardín, donde se celebraría la boda. Tanto la ceremonia como la celebración.

—Yo os llevo —dijo Elsa, mirándonos.

—Héctor y yo nos adelantaremos —informó Kaia, justo antes de irse con él.

Suspiré, pesadamente tras verlos desaparecer.

—Déjame tomar algo para el dolor de cabeza y nos vamos —le dije a Elsa.

Me dirigí hacia uno de los armarios y cogí un vaso. Mi torpeza se cruzó en mi camino en ese momento y el vaso cayó al suelo.

¡Joder!

Chasqueé la lengua. Me agaché para recoger los trozos más grandes, viendo el estropicio que hice e intentando no perder la calma tan temprano.

—Ahora traigo la escoba —dijo Elsa.

UN TRATO Y POCO AMOR ✔ [ ¡¡EN PAPEL!!]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin