Master Mine Libro 1: Una lección de sumisión (TRADUCCIÓN)

Capítulo 9

Beta Work - LadyKardasi

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Lucius observó la mirada de Snape siguiendo a su hijo y a Granger fuera del sótano con los ojos entrecerrados. Mmhm, pensó. Te he pillado, maldito gilipollas.

"Bonita representación escénica", le dijo en voz alta a Snape, sacando al hombre de su mirada furiosa.

"Lo fue, ¿verdad?" Snape se deslizó fácilmente hacia su comportamiento frío y distante. "Britt estuvo exquisita, pero siempre lo es".

"¿Realmente lo estropeó en su sesión privada de esta semana? ¿O sólo quería un castigo público?" Lucius cruzó los brazos sobre el pecho.

"Lo último". Snape no pudo evitarlo y sonrió. "Es un poco masoquista, en mi opinión. Es bastante... encantadora"

Hubo una pausa incómoda. "¿Por qué no vamos a un lugar privado y discutimos el elefante en la habitación?" sugirió Lucius en voz baja, con la voz dura ahora que las galanterías habían terminado.

Hubo otra pausa tensa. Sin decir nada, Snape se alejó, abriéndose paso entre la multitud. Lucius lo tomó como una señal para seguirlo.

Se sintió confundido cuando Snape pasó por alto el pasillo que conducía a su despacho y a su cámara privada y se dirigió hacia las escaleras. Entonces se dio cuenta de lo que estaba pasando. Al parecer, Snape iba a entregarse al voyeurismo. Lucius sabía que Draco prefería la Sala del Bosque para la escena que esperaba que Granger le acompañara esta noche y así se lo hizo saber a Snape. Aparcaron en el pasillo de la habitación y se quedaron en silencio: Snape, pensativo, y Lucius, pensando en la mejor manera de avanzar en su discusión. Necesitaba que Snape le confiara para poder ayudar a su amigo a superar su bloqueo mental con la chica.

Pasó bastante tiempo, al menos media hora, cuando los dos veinteañeros salieron de la sala de fetiches, cogidos de la mano y sonriendo. La mirada de Snape se ensombreció perceptiblemente. Lucius pudo ver claramente la frustración y la rabia en su rostro.

Su atención pasó de su amigo a la joven pareja. Tuvo que admitir que se veían encantadores juntos: alta y delgada con pequeña y menuda era siempre una combinación agradable a la vista. El vestido y las medias de Hermione estaban hechos jirones. Sonrió para sus adentros; estaba claro que Draco se había salido con la suya. Era obvio que ella había intentado tapar el corpiño roto, para que sus pechos quedaran cubiertos, pero estaban jugando al escondite con toda la gente que iba y venía. La mano de Draco se movió de forma protectora hacia su espalda y ella le dedicó una sonrisa amistosa por encima del hombro6.

Las cejas de Lucius se alzaron y Snape maldijo en voz baja cuando Draco hizo girar repentinamente a Granger contra la pared, levantándole la falda.

Unas palabras susurradas salieron de los labios de la chica y, a juzgar por la reacción de Draco, era obvio lo que había dicho. Lucius empezó a empalmarse. Dios, maldita sea, era muy sexy. Los músculos de Severus se pusieron rígidos; sus brazos se cruzaron con fuerza sobre el pecho. Unas cuantas personas observaban la pequeña escena de exhibición mientras avanzaban por el pasillo, pero Lucius estaba seguro de que la pareja no podía verlos a él y a Snape desde donde estaban.

Cuando terminaron y Granger levantó la mano y atrajo la boca de Draco hacia la suya, tuvo que agarrar el hombro de Snape para mantenerlo a raya. "Es sólo una escena, amigo mío", siseó. "Nunca funcionarían bien juntos. Draco y Hermione son demasiado diferentes... y sabes que Draco prefiere subirse a sí mismo. Contrólate. Tiene tanto derecho a jugar como tú ".

Snape no dijo nada, pero la tensión lo abandonó. Una vez que Hermione hubo desaparecido en el baño, y Draco en el extremo opuesto del pasillo con una sonrisa ridícula en la cara, el hombre de negro giró sobre su tacón de piel de dragón y se alejó a toda prisa. Lucius le siguió a paso lento, dándole a Snape algo de tiempo para ordenar sus pensamientos.