Verdadero

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Ya se había convertido en un tema de conversación, recurrente en todo el edificio donde Rin trabajaba, ocasionando intriga, más que nada entre sus compañeras, pues todos se preguntaban, quién era ese atractivo hombre que cada día llegaba, y se estacionaba frente a la entrada, al parecer, esperando a alguien. La mayoría de las chicas, expresaban abiertamente sus deseos de querer hablar con él, o al menos, saber quién era esa chica a la que parecía estar dispuesta a impresionar.

Al principio, cuando Sesshomaru recién comenzó a esperarla, intento no tomar importancia y en lugar de participar en esas conversaciones, se enfocaba en su trabajo, pues sus intenciones eran continuar con su vida, pero debía admitir que le parecía lindo, romántico y emocionante, saber que cada que salía de trabajar, lo veía tan varonil y sensual, esperando con una mirada que la derretía.

Pero después de aquella cita, todo había cambiado, creía en sus palabras, en sus sinceras intenciones y estaba dispuesta a corresponder todo acto que Sesshomaru le quisiera demostrar. Por eso mismo, a la hora de salida, con el corazón acelerado, espero poder verlo, justo en el mismo lugar de siempre y en cuanto sus ojos lo ubicaron, soltó un suspiro de alivio, decidida a acercarse a él.

Mientras caminaba en su dirección, sentía que sus nervios aumentaban, combinados con una inmensa alegría. Cuando por fin detuvo sus pasos a un par de metros de él, lo dejo pronunciar su propuesta y después de aceptar con una sonrisa, tomo su mano entrando al auto.

Sesshomaru, con satisfacción en el rostro, le dedicó una mirada depredadora y enseguida encendió el auto para marcharse.

Rin esperaba que el camino a casa, el ambiente estuviera incomodo, más que nada por el beso que habían compartido el viernes en la noche, pero por el contrario, no fue así, en realidad, conversaban con suma confianza.

- ¿Sucede algo? – preguntó Sesshomaru al observar en la chica un poco de preocupación

- ¿Eh?- nuevamente lo confirmaba, ese hombre, la conocía a la perfección, pues efectivamente algo sucedía – Bueno… - aún se sentía culpable por lo sucedido con Bankotsu, pero informarle a Sesshomaru que había terminado su relación no era lo más indicado , por el momento – Kagome… se mudara con Inuyasha este fin de semana – Sesshomaru la observó con atención – No me mal entiendas, me siento feliz por los dos pero…

- Extrañas a tu amiga…

- Más que una amiga ella es… como mi hermana, la hermana que nunca tuve - confeso sincera

- Ya veo… - fue lo único que dijo, justo después, llegaron al edificio

Tan galante como siempre, le abrió la puerta del auto, la ayudó a bajar y con sonrojo en sus mejillas, Rin, se despidió de él. Pero antes de que se alejara, Sesshomaru agregó:

- Rin… si en algún momento te sientes sola. No dudes en llamarme

No pudo evitar sentirse sumamente conmovida, quiso responderle, pero sabía que si se quedaba un segundo más, corría peligro de lanzarse a sus brazos, así que, lo único que hizo, fue regalarle una sonrisa y dando media vuelta se dirigió al edificio, mientras con el corazón acelerado, se mordió los labios, llena de emoción.

Por otro lado, el hombre peli plateado, se marchó, hasta que la vio subir al elevador.

- Veo que Sesshomaru continua con su estrategia de las flores – comentó Kagome en cuanto la castaña entró a su departamento

- Oh, ¿Saliste temprano?

- No, Rin… pasan de las seis, tu llegaste tarde, ¿Pasó algo?

A la chica le sorprendió, pero de inmediato recordó que Sesshomaru había tomado el camino largo, quizá para que pudiera desahogarse sobre la futura mudanza de su mejor amiga o… para estar más tiempo a solas. Bajó la mirada sintiendo un sonrojo en sus mejillas, ese tipo de detalles, eran encantadores, aunque los enormes arreglos de flores no se quedaban atrás, más que nada porque ese día, había notado un cambio drástico, pues frente a ella brillaban hermosas peonias rosas.

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