Omnisciente
Rubí y Macarena se mostraron incrédulas ante las palabras de la menor del clan Cárdenas, la mayor conocía a la perfección a su hermana y sabía que era capaz de valerse de cualquier montón de palabrerías con tal de conseguir entrar al cuarto simplemente a husmear y molestar
-No creo que esté inventando –sugirió Macarena
-Tu no conoces los alcances copuchentos de la Esme –replicó la castaña
La rizada la miró cómplice y sonrió mientras terminaba de vestirse
-Y no me mires con esa cara –agregó la enfermera
-¿Qué cara?
-Esa cara como de si me quisieras meter a la cama otra vez –murmuró por lo bajo para que no la oyeran desde afuera
-¡Oye! Que eres mal hablada enfermera Rubí –respondió la diseñadora aparentando sentirse muy ofendida –yo creo que en realidad eso es lo que tú quieres y me estás culpando a mí –le musitó en el oído dándole una mordida en el lóbulo –mejor abre esa puerta
Rubí quiso protestar o regresarle alguna respuesta ante su acción pero el cuchicheo que se oía desde el otro lado de la puerta la embarulló
-¡Tsh! Hasta que por fin abren la puerta –dijo Esmeralda apenas tuvo espacio para asomar la cabeza hacia el interior de la habitación y dar un rápido vistazo –¿qué onda sis? ¿El demonio de Tasmania durmió en tu cama? Porque ese desorden no es normal
Rubí estuvo a escasos segundos de sacar a su hermana de las mechas no sin antes decirle unas cuantas cosas pero se controló porque ahí estaba su mommy con una linda bandeja con cosas para desayunar
-¡Ya po Esmeralda sosiégate y deja tranquila a tu hermana! –la reprendió Ágata –buenos días mis niñas aquí les traje para que coman algo –dijo esta vez dirigiéndose a su hija mayor
-Gracias mommita
-Gracias tía
-No me digai tía –replicó entre risas
-¿Oye y ustedes durmieron vestidas? –preguntó Esmeralda con un tono curioso señalándolas con el dedo
-¡No más! –balbuceó Rubí entre dientes –Maca sostén la bandeja –dijo pasándole el desayuno a su polola para encaminarse a mechonear a su hermana
Esmeralda se echó a reír ante el gesto de su hermana
-Te faltó decirle "cuida a mi perro, a mi poodle" –se burló en referencia a la escena de la popular película "¿Y donde están las rubias?"
-¡Córtala gusana!
-¡Oye ya! paren las dos, yo no las eduqué para que estén peleando como dos cabras lesas –las retó la matriarca del clan –Maquita por lo que veo todo resultó bien entonces –dijo esta vez dirigiéndose a la rizada –me alegro por ustedes y espero que hayan podido hablar bien las cosas
-Mmm si claro, hablar –murmuró casi imperceptible Esmeralda –yo creo que hablar fue lo que menos hicieron
-Si mommy si ya aclaramos todo con mi rulitos, igual gracias por mandarme a buscar ropa imaginaria a la azotea –la molestó en alusión al engaño de su madre para hacerla subir
-¡Como si hubiesen necesitado ropa para algo! –agregó nuevamente Esmeralda entre dientes
Ágata le dio un empujón con el hombro para hacerla entender que guardara silencio
-Ya Esmeralda vamos para que las chiquillas tomen desayuno tranquilas
-No mommy adelántese usted si de verdad necesito hablar con este par
