Capítulo 10

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- Toma - Sanzu me extendió una copa de cognac

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- Toma - Sanzu me extendió una copa de cognac.

- Gracias - recibí la copa y bebí, el sabor de aquel brandy me trajo recuerdos de cuando era una simple universitaria.

- ¿Y esa cara? - Sanzu me sacó de mis pensamientos haciendo que borre la sonrisa de mi rostro, estaba sentado en el sofá de mi oficina.

-¿Tu no tienes que trabajar? - alcé una ceja, ignorando lo que anteriormente me había preguntado.

- Ya cumplí con mi trabajo el día de hoy - alzo su copa y me miró a los ojos.
- Más bien tú cumpliste con mi trabajo el día de hoy - la sonrisa de sus labios era encantadora, su sonrisa era mi debilidad - ¿Como te puedo agradecer por haber realizado el trabajo que me tocaba? - esa pregunta me llegó como anillo al dedo.

Lo miré a los ojos con una mirada lujuriosa dándole a entender mis intenciones con él.

El ambiente había cambiado totalmente, se sentía la tensión entre él y yo, por supuesto que Haruchiyo no se quedó atrás con su mirada lasciva.

- Quiero probar tu pene - me acerqué a su boca, nuestras respiraciones chocaban.

La mirada de Haruchiyo viajo a mi escote sin ningún tipo de vergüenza.

- Es todo tuyo Volkov - se acercó a mi boca besarme pero esquive ese beso, con Haruchiyo jamás nos hemos besado y esta no sería la excepción.

Mis labios viajaron a su cuello dejando besos húmedos y manchando con labial su delicioso cuello, el olor de su perfume era exquisito, su piel era suave y era tan suave y delicada que estaba segura que si le hacía un poco de succión a su cuello quedaría marcado.

Mis manos fueron lentamente a su corbata para soltarla un poco y poder desabotonar su fina camisa que le debió costar demasiado dinero pero para un hombre como él no era problema el dinero.

Las manos de Sanzu recorrían con desesperación mi cintura por encima de mi vestido.

- Solo puedes tocar por encima de mi vestido - un gruñido salió de la boca de Sanzu, amaba torturarlo en situaciones sexuales.

Besé su pecho, una de mis manos recorría su abdomen definido y duro, hice pequeñas succiones en su pecho dejándole marcado un pequeño corazón.

Me separé de él para ver su abdomen y visualicé cicatrices que de seguro se las había hecho en peleas de pandillas cuando era un mocoso.

Besé su abdomen hasta llegar a su pantalón donde había un gran bulto que palpitaba con desesperación, Sanzu apretó mi trasero y mi mano se movió inmediatamente a su miembro por encima de su pantalón y lo apreté.

- AHG ~ - un gruñido salió de la boca de mi cachorro.

Me puse en una posición más cómoda para poder jugar con su miembro pero él al verme entre sus piernas me introdujo sus dedos a la boca llenandolos de mi saliva, sus dedos recorrían mi tibia lengua con delicadeza, se sentían tan bien los dedos de Sanzu en mi boca que podía sentir como mi ropa interior se humedecía.

Algunos gemidos salían de mi boca al sentir los dedos de Sanzu moverse en mi boca, él retiró sus dedos de mi boca y desabrochó su cinturón.

Lo miré a los ojos y le sonreí al ver que él estaba impaciente para que le de sexo oral.

Me compadecí de él y le dí lo que tanto quería, desabroche su pantalón y lo baje hasta sus tobillos, su miembro estaba tan apetecible que le di mis primeras probadas, el líquido preseminal de Haruchiyo se hacía presente, lamí lentamente cada parte se su miembro y Sanzu soltaba pequeños gemidos.

Tomé su miembro con ambas manos y comencé a masturbarlo lentamente, quería jugar un rato con él, mis manos se comenzaron a empapar con su sabroso líquido, la mirada lasciva de Sanzu y la mía se encontraron, sus mejillas estaban ruborizadas y en su pecho y abdomen se veían algunas gotas de sudor.

Volví a introducir su miembro en mi boca y comencé a succionar, las manos de Haru se posaron en mi cabello empujándome para que su miembro entre completo a mi boca.

- Quiero... - Sanzu trataba de hablar pero su voz se entrecortaba.

- ___ q... quiero - me jalo del cabello para que lo mirara a los ojos - Quiero follarte - me dijo mirándome a los ojos con esa mirada penetradora que tiene.

Sonreí al oírlo decir eso.

- Tú no eres más que un simple cachorro, no me importa lo que tú quieras - alinee mis labios con su miembro erecto - Aquí se hace lo que yo digo y mereces un castigo por lo que me dijiste - golpee su miembro con la palma de mi mano, de la boca de Sanzu salió un gemido.

- ¿Te gustan los golpes Haruchiyo? - Saque el cinturón del pantalón de Sanzu y se lo até en el cuello - Buen cachorro - le di unas palmadas sobre su cabello rosa.

Jalé a Sanzu hacia el suelo donde se puso en posición de perrito, mierda se veía tan sumiso así, tiré a mi cachorro hacia mí, me senté en una silla y abrí mis piernas.

- Jugaremos a algo - metí mi mano bajo mi braga y comencé a mover mis dedos, con la otra mano sostenía el cinturón de Sanzu y él me observaba.

- Ten - estire mis dedos con mis fluidos y Sanzu los lamió - Buen cachorro - jale el cinturón haciendo que Sanzu quede a solo unos centímetros de mi intimidad.

Me masturbe solo a unos centímetros de Sanzu y el solo podía observar y probar de mis fluidos cuando yo le ordenaba.

Cuando noté que Sanzu no podía seguir aguantando las ganas de tocarse hice que se siente en la silla y lo comencé a complacer nuevamente con mi boca, subiendo y bajando, dando pequeñas succiones y moviendo mi lengua.

Con mi otra mano me complacia a mi y cuando sentí que ya me iba a correr aumente la velocidad con Sanzu.

Sus gemidos fueron los causantes de que me corriera, le pasé mi mano con mis fluidos y el los lamió, sabía que le gustaban mis fluidos y eso me volvía loca.

- M.. me voy... a correr - dijo entre dientes.

Mi boca se llenó de su semen y su sabor agrio, lo trague sin desperdiciar ni una sola gota.

Nuestros cuerpos estaban completamente sudados y el olor a sexo inundaba la oficina, de mi cartera saqué mi perfume y comencé a rociarlo por la oficina.

- ¿intentas ocultar el olor a sexo rociando perfume Chanel? - dijo Sanzu subiendo sus pantalones.

- ¿Quieres que nos descubran? - le lancé una mirada furiosa.

- ¿Ahora te preocupa que nos descubran? - soltó una risa burlesca - ¿Es en serio ___?

- Vístete luego y vete de aquí.

- Algún día me pedirás que me quede a tu lado - Tomó su corbata y salió de la oficina.

¿Sanzu tenía esperanza en que mi actitud de mierda cambie, en serio era así de testarudo?

The puppy | Sanzu Haruchiyo x tnWhere stories live. Discover now