Rincón de lectura

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— ¿Entonces, te defendió frente a sus amigas? —el chico la vio sorprendido— vaya, ustedes dos van en serio.

— ¿Quién diría que la traerías tan enculada? —se burló la chica de lentes.

— Chicos, ¡no es eso! —la morena los regañó mientras su rostro se sonrojaba.

— ¡Pero si la traes muerta! —el chico la codeo divertido.

— Yo no la traigo... Espera, ¿tu crees? —Luz jugó nerviosa con sus manos.

Sus amigos la observaron aguantandose las ganas de reír, no podían creer que su amiga fuera tan idiota como para no notarlo, además de que parecía emocionada con la idea de gustarle a la peliverde.

— No sé si te tardaste más en darte cuenta de que le gustas o de qué ella te gusta, eres muy lenta marica —se burló la de lentes que había notado todo desde el inicio.

— ¡No le gusto!, además, tampoco es como que ella me guste, quiero decir, sí, es cierto que ella es súper divertida, y qué su rostro parece tallado por los mismísimos ángeles, y su voz es tan dulce pero también puede ser tan firme, y wow, hace un momento parecía como salida de un manga, nunca la había visto ser así de ruda, su mirada era tan fría, de verdad fue tan cool...

— Frenate tantito —Gus la interrumpió— detente antes de que llegues a tus pensamientos impuros, ya te entendimos.

— Ay amiga, disimula tantito tu fetiche por las malandras —Willow negó.

— Sí neni, la güerita se pone un poquito sádica y tú ya andas "bark bark woof woof grrr".

Sus amigos estaban disfrutando burlarse de ella, pero solo querían disimular la felicidad que sentían al ver que su amiga al fin estaba aceptando la homosexualidad en su corazón, y qué al fin dejaba de negar su evidente crush por la peliverde.

— Yo... ¡CÁLLENSE! —la morena se avergonzó al ser conciente de todas las pendejadas que estaba diciendo— era bait bro.

— Luz, solo jugábamos, cuéntanos más —Willow la abrazo por los hombros.

— ¡Ronda de chisme! —Gus se unió emocionado— hablemos de nuestros crushes, comienzo, ¿recuerdan a la chica de la escuela...

— CHICOS NOOOO —Luz se quejó mientras la arrastraban con ellos.

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Ese día durante la sesión del club ambas chicas se mantuvieron en silencio, cada una con un libro diferente y sus asientos separados, Amity no entendía muy bien la actitud de la morena, pero creyó que tal vez seguía algo triste por la forma en la que la habían molestando.

— Luz, ¿estás bien?, no has hablado en un buen rato...

— ¿Eh? —levantó las visita de su cómic y la vió, tenía el ceño fruncido y una mirada profunda, recordó la sensación de la mañana— ¡BIEN, NO TENGO NADA! —se paniqueo— ¿Tú... Cómo estás?

La peliverde la observó preocupada, regresó su mirada al libro que tenía.
— Bien, oye, Luz, te gustaría...

— Caray, mira la hora, me tengo que ir, Eda me necesitaba más temprano hoy —se excusó, estaba demasiado incómoda con todos los pensamientos que estaba teniendo.

— Oh, bueno, entonces te llevo —cerró el libro para dirigirse hacia ella.

— NO, tú... Eh, tú termina tu libro, te veo mañana, Ams.

Guardó sus cosas y se fue avergonzada, seguía sintiendose confundida, necesitaba hablarlo con alguien, pero Willow y Gus no eran una opción seria por el momento.