-Olimpia, ¿ Cómo es eso de que si miras objetos pero eres ciega? Tus ojos parecen normales.
Le pregunté viendo sus ojos de un color lila tirando a blanco, pero eran muy bonitos.
-Son ojos de muñeca, no puedo ver a los seres vivos, pero si puedo ver objetos, comida y … fantasmas y almas que van por ahí.
-¿Por qué tienes ojos de muñeca?-habló al fin Sun desde que habíamos llegado a la taberna.
-Cuando era un bebé mi familia y yo caímos en una enfermedad muy grave para los ángeles, ellos murieron pero como a mi solo me había afectado a los ojos decidieron quitarlos para que la enfermedad no se expandiera por el resto de mi cuerpo- redactó mientras comía sus bollos de arroz - entonces ya en el orfanato encontraron una muñeca con unos ojos muy bonitos, la muñeca estaba rota y había sido maldita, pero decidieron ponerme sus ojos.
-La muñeca podía ver fantasmas ?
-Eso parece, y ahora yo miro así las cosas, de pequeña me asustaba mucho, peor con el tiempo me acostumbré.
-Y esa tipa, como es que es tu hermana?
-Oh, es que me adoptaron, cuando lo hicieron no sabían de mi condición por que ellos veían que no me chocaba contra las cosas y que podía dibujar y esas cosas, se enteraron cuando se lo expliqué yo- Olimpia parecía muy tranquila a pesar de estar diciendo esas cosas- Y mi padre adoptivo nos abandonó al enterarse, mi madre en cambio siempre me quiso.
-¡Oh , vaya! Que mal.
Sun parecía incómodo con toda esa charla.
-Por cierto tu hermana es asquerosa- soltó de la nada.
-Maya está resentida por lo de su padre.
-Pero si no es tu culpa.
-Gracias - Olimpia esbozó una sonrisa por lo bajo.
Increíble, mi hermano sabe ligar incluso con la gente que no le ve.
Después de comer recogimos nuestras maletas y fuimos a una tienda.
-Agarra la mochila que más te guste.
Olimpia escogió una mochila barata que también traía una cantimplora y varios tapers.
-Buena elección, es muy práctico- le dije tratando de sacar tema de conversación.
-Gracias, también podemos ir a mi casa a por comida, así será gratis y aguantaremos más.
-Si está bien ¿Cuál es tu comida favorita?- le pregunté mientras pagaba su mochila.
-Los fideos de dragón ¿Ya la tuya?
Me pregunto mientras salíamos de la tienda, Sun estaba en el camino esperándonos.
-Las gachas de avena
-¿De qué habláis? - pregunto Sun siguiéndonos hasta la casa de Olimpia
-De comida
La casa de Olimpia estaba vacía pero podíamos conseguir mucha comida, una vez terminamos los preparativos nos pusimos en marcha.
-¿A dónde vamos? - pregunto Olimpia siguiéndonos por el camino de las plumas, al cual le quedaba genial el nombre, ya que los árboles tenían plumas en vez de hojas, o quizás solo estén tapando las hojas, y el suelo estaba repleto de plumas