• Nunca tuve ese miedo de perderla •

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|GIANLUCA|

Toda la noche tuve su imagen en mi cabeza. Yo sé. Yo sé que ella tampoco me ha sacado de su mente del todo. Lo sé. No lo ha dicho, pero lo siento, lo percibo.

No pude dormir. Y tengo que decirle lo que siento antes que se vaya con ese tal Joshua nuevamente para finalizar su último año de beca en Valencia. No sé si sonará pensar en mí, pero ya no quería que se vaya y más si era con él. Al menos, si ella supiera con claridad lo que siento, había una posibilidad que se quede conmigo.

Ella me gustaba.

Y creo que realmente lo sentía de hace mucho, pero no lo sabía o no me daba cuenta. Tal vez porque mi mente solo quería centrarse en que era mi amiga por más que sintiera algo más fuerte. Tal vez era tan estúpido que no me daba cuenta lo que de verdad me sucedía cuando estaba con ella.

Y... tal vez nunca tuve ese miedo constante de perderla, así como lo tuve cuando se fue, no tuve ese temor de que ella sintiera algo por otra persona porque ella jamás había presentado muestras que se interesaba por alguien más; y bueno, recordando lo idiota pensante que era, ello solo me sucedió una vez, una tonta vez que no pude detectar en ese momento que lo que sentía fueron celos.

PASADO
[Julio, 2016]

—¿Qué le pasa? —aparecí en la puerta de la casa de los padres de los hermanos Guerra. Cuando se dieron cuenta de mi presencia, voltearon a verme. Los dos estaban afuera de la casa.

—Hola, Gianluca —Mackensie me dio un beso en la mejilla. No la vi mucho este mes, debido a que ella estaba ya concentrada en sus cursos—. Pisó... ya sabes... —contestó mi pregunta, señalando la zapatilla de su hermano, quien intentaba arrastrarla en la vereda.

—¿Caca? —comenté.

—Sí.

—Pisé a Mackensie —Paolo bromeó.

Iba a soltar una risa, pero ella me metió un codazo, así que me contuve. Había venido por Paolo ya que me pidió que pasara por él —estuvo un rato de visita en la casa de sus padres—. Y... Mackensie estaba afuera ni idea por qué, por ello le cuestioné:

—¿Irás con nosotros?

—No —respondió al instante—. Yo aho... —estaba apunto de comentarme qué hacía esperando afuera, pero alguien la interrumpió. Alguien apareció de repente.

—Mack-arrón —giré a ver quién era la persona que se acercaba por atrás mío, él se dirigía a Mackensie, obligándome a mí mismo hacerme a un lado.

—Rogger, por fin llegaste —lo abrazó ella—. Y deja de llamarme así.

—Pero a mí me gusta —respondió el chico—. Y sé que a ti también —le pinchó en el estómago con un dedo, a lo que ella sonrió apartándose del abrazo.

Incómodo. Observar un abrazo de dos personas mientras se conversan y uno mirando ahí la escena, o al menos para mí lo era. ¿Por qué tenían tanta confianza?

—No. No me agrada —mencionó Mackensie antes de voltear a verme—. Cierto, él es Gianluca, el amigo de Paolo.

¿Amigo de Paolo? Yo creí que también era el suyo.

El chico me miró de pies a cabeza unos segundos y luego se presentó:

—Un gusto, soy Rogger, su... —Mackensie lo cortó.

—Mi compañero.

—¿Compañero? —sonrió el chico, volteando a verla.

Ella hizo una mueca de sonrisa, pero a la vez parecía querer tirarle un manotazo. Se dieron una mirada cómplice y ello me hizo sentir algo extraño. ¿Será que no solo es su compañero?

Estaba apunto de responder a su saludo, pero justo habló Paolo.

—Listo. Ya no queda nada en mi zapatilla —alzó su rostro y notó al "compañero" de su hermana—. Qué tal Rogger —lo saludó y el chico correspondió levantando el mentón. Luego me miró a mí—. ¿Vamos?

Asentí con la cabeza mientras observaba al par (la chica y su compañero) dándose codazos disimulados.

—Bueno, ustedes entran, nosotros salimos —el hermano Guerra se despidió de su hermana y ese chico.

¿Cómo que entran? ¿Aquel iba a entrar a casa de ella?

—Diviértanse afuera —nos despidió Mackensie.

—Sí, porque nosotros nos divertiremos a dentro —dijo el tal Rogger.

—Ya cállate que está mi hermano y su amigo —expresó la chica, volteando hacia la puerta. Paolo solo rio ante eso.

Aunque suene estúpido, me fastidió un poco que ella vuelva a mencionarme como: "y su amigo".

Entraron los dos y cerraron la puerta. La curiosidad empezó a invadirme, no había visto a Mackensie con algún otro amigo, bueno, compañero, lo que sea. Claro, obviamente iba a tener, pero solo me pareció curioso.

—Oye... —me atreví a preguntar a Paolo cuando ya nos encontrábamos caminando hacia el paradero. Nos dirigíamos a un entrenamiento.

—Habla.

—Ese chico que entró con Mackensie... Lo conoces ¿no?

—Ah, sí, es su compañero. Creo que viene cuando les dejan trabajos, he sabido que siempre se reúne con él. No sé —encogió los hombros—. ¿Por qué preguntas?

—Curiosidad...

—Un día que estuve ahí en casa, yo como hermano mayor correcto, se me hizo raro saber que entraban a su cuarto. O sea... ya sabes, la hormonas, entiendes —guiñó el ojo—, tú tienes su edad.

—¿Por qué hablas como si me llevases tantos años? Solo son 3 —le dije, y recordé lo anterior que mencionó—. ¡Espera! —me detuve—. Cómo que cuando viene entran a... O sea, ahora han entr...

—Tu cara —se rio cuando volteó a verme—. Bueno, no me rio. Yo también me quedé así la primera vez, hasta que me enteré que a él no le atraen las chicas —sonrió burlándose de mi reacción.

No sé por qué eso me alivio. Y mucho.

—¿Te refieres a que él es... gay? —regresé a caminar.

—Sí.

—Ahhh.

—Se fijaría primero en ti antes que en Mackensie —bromeó—. Creo que él es el único amigo que tiene en la universidad; si no me equivoco, lo conozco desde que entró ella ahí. Es chévere cuando los conoces realmente.

Desapareció esa preocupación extraña que en ese momento se me había formado. Una sensación que no regresé a sentir porque nunca la volví a ver más con alguien que me haya hecho sentir el miedo de que a Mackensie pueda interesarle.

SU MIRADA© |Completo✓| [Inspired by Gianluca Lapadula]Where stories live. Discover now