it's a promise, it will be forever

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Justo eran las 22:59 del día primero de febrero, estábamos en inicios de 2019 y Louis no podía esperar para realizar un post felicitando a el que pronto podría llamar su grandioso esposo, el futuro señor Harry Tomlinson. Finalmente era hora de contarle a quiénes seguían fielmente su relación a la distancia.

"Hoy es el cumpleaños de la persona más importante de mi vida. Pero, ya ves, en realidad es mucho más que eso. No es solo la persona más importante, es MI persona.
No tengo palabras para expresar lo mucho que significas para mí, Haz, pero déjame decirte una vez más lo orgulloso que estoy de la persona en la que te has convertido. Mi único deseo es envejecer contigo, mi alma gemela, mi mejor amigo, mi amor infinito. Siempre has sido tú, y siempre serás tú.

Solo agregaré, @harrystyles siempre en mi corazón, Atentamente, Louis.

PD. Dijo que si...otra vez x"

Ese día quedaría marcado en su historia juntos para siempre, con una voz entrecortada Louis se atrevería hacer la pregunta..
¿Harry, me entregarías el placer de ser tu esposo?
Preparó una cena deliciosa, se puso una camisa negra un poco formal que sabía que Harry amaba verle puesta, y unos pantalones más informales que aunque eran tan cómodos como una pijama daban la impresión de unos jeans comunes y corrientes. Adornó la pequeña mesa con un lindo mantel blanco con unos diminutos detalles en color azul en las esquinas, colocó los platos y un lindo florero con unas camelias, ya que aquellas eran conocidas como las rosas del Japón, tenían el mismo significado que en Europa las rosas rojas, el amor eterno, la pureza y la inocencia. Terminó de hermosear la mesa, y con su corazón lleno de ilusión y satisfacción por el resultado, quedó atento a la llegada del momento de ensueño. Pasaron unos cuarenta minutos y por fin oyó el llamado de su amado desde la puerta de la habitación avisándole que se encontraba listo. Fue rápidamente, lo tomó de la mano y lo dirigió directamente a dónde había ambientado para la dulce propuesta.
En el momento que el muchacho de los ojos verdes escuchó aquella frase que su pequeño Lou estuvo planeando durante semanas alzó la mirada, la cuál rápidamente se llenó de lágrimas, no podía creer que esto estaba sucediendo. Harry había fantaseado muchísimas noches el como sería el día que Louis por fin se atreviera a proponerle matrimonio y aunque lo había imaginado en mil y un escenarios, ninguna fantasía podía ganarle al momento real, ese momento donde su chico se arrodilló frente a él y le pidió hacerlo el hombre más feliz del planeta.
Claro que Harry aceptó sin titubear, nadie más que él y su amado sabían la situación tan amartelada en la que se encontraban, amándose, bajo la luz de la luna, ambos con una sortija a la medida, comiendo una especie de fideos con salsa verde que Louis logró hacer gracias a un tutorial de cocina en YouTube de "Cocina Para Todos" que había tenido que ver casi que cuatro veces para entenderlo, pero al final del día, su ahora prometido quedó fascinado con la cena.
Siempre les atrajo la idea de tomar fotos para ellos mismos, porque si bien los momentos habitarían en sus mentes infinitamente con seguridad pensaban que al tomar fotos podrían recordar viendo lo que un día fue. Harry se levantó un momento hacia el cajón de aquel mueble oxidado dónde guardaba su cámara desechable a tomar algunas cuentas fotos para reír un rato.
Tomó fotos de la deliciosa cena, a Lou junto a la increíble mesa que preparó, fotos de sus manos entrelazadas con sus relucientes anillos y por supuesto a si mismos pero Lou llenó la sala de carcajadas porque al tomar las fotos hacía caras extrañas y chistosas.
El ojiazul se sentía completamente orgulloso de sí, pues a pesar de saber por todo lo que él y su Haz habían pasado juntos, era lo que en realidad los hacía mantenerse unidos y fuertes. Se sentía como aquel chico de 18 años que temblaba al preguntarle al niño de rulos hermosos que había conocido y con quién ahora compartiría banda si gustaba de salir con él, se sentía igual que cuando le pidió a Harry que fuera su novio, encarnó nuevamente en un chico joven y asustado por lo que el ojiverde pudiese contestarle.
Al final del día, Harry y Louis no podían terminar de asimilar lo mágico que había concluido el día, habían compartido un almuerzo con Anne y Gemma por el cumpleaños del menor, y luego se habían dirigido a su hogar para la gran sorpresa que el mayor le tenía preparada. Ahora estaban comprometidos, no como quién se compromete a regar una planta todos los días, si no como quiénes estaban preparados para vivir toda una vida juntos, para compartir tazas de té por las tardes mientras conversaban sobre sus proyectos a futuro, como quiénes estarían en unos cuantos años abrazados junto a sus mecedoras en el pórtico o simplemente como quienes compartirían los celajes rosados al caer el sol y sus canciones favoritas para bailarlas de una forma tonta, aunque a la vez un tanto tierna frente al tocador.
Estaban listos y lo sabían, con sus pensamientos alineados, darían el comúnmente llamado siguiente paso.

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long story short of an eternal love (l.s)Where stories live. Discover now