Él amaba a Mikey tanto que enfermo. Narcisos, camelias y rosas negras salian de su garganta en una declaración silenciosa de amor.
Hanahaki: enfermedad ficticia que te hace vomitar flores si sufres un amor unilateral.
Arrodillarse, vómitar y jalar la palanca. Era un bucle sin fin. Odiaba tener que hacerlo... frente a Manjiro.
Camelias blancas brotaban por su garganta. Lo que en un principio fueron petalos se convirtieron lentamente en flores enteras.
La sangre no tardo en llegar al sentir como se desgarraba su traquea. Lágrimas escapaban mientras apoyaba su rostro en aquel tazon.
–– Operate –la voz de Manjiro lo hizo sollozar. No es como si no quisiera. Lo habia echo, pero las flores seguian blotando como si su pulmon fuera un sitio fertil para los sentimientos. Sentimientos para y por Mikey.
–– No... No tiene caso –escupio mientras sentia como poco a poco solo petalos escapaban de sus labios.
–– Yo tambien me opere hace mucho– le confeso mientras este lo miraba incredulo– Cuando me separe de Draken.
Oh, ahi iba otra vez. Ya no eran camelias, eran narcisos, se sentia desfallecer.
–– Manjiro, si voy a morir, ¿Que mejor forma que por tu amor? –bromeo. El peli-blanco no parecia contento con lo dicho por el mayor.
–– No quiero que mueras –suplico mientras se acercaba peligrosamente al pelirosa– Nadie ama como tú...
Él sabía cuanto Manjiro lo odiaba, asi que cuando este se entero de su enfermedad no hizo más que agraviarla. Besos, abrazos, caricias.
Lo queria llevar al limite, una venganza proyectará en alguien que nunca le hizo daño. Solo por despecho hacia otra persona, pero ¿Quien era Sanzu para negarse a tales atenciones?. No le importaba si moria a besos y abrazos de Manjiro, si lo tenia a el, nada importaba.
Un beso los unio, la comisura de sus labios sabian a metal, la sangre habia dejado de brotar para dar paso a más flores. Una hemorragia interno aludió.
Manjiro lo ayudo a apoyarse en el inodoro y seguir con la rutina. Hasta que vio como una rosa negra cargada se espinas broto y los gemidos de dolor de Haruchiyo lo alertaron.
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–– ¿Una operación?, no funcionan – Manjiro sonreía tetricamente mientras acariciaba las hebras rosadas de aquel hombre de cicatrices– vas a morir si no te operas.
–– Da igual, morir o no, prefiero acabar con esto de una maldita vez –prendió un cigarillo mientras desviaba su mirada.
–– Para ti solo hay dos soluciones, ya que la operación no funciona –no es como si él no supiera aquello, pero las soluciones eran tan mierdosas como su situación.
–– Ser correspondido o...
–– Mis sentimientos no cambiaran lejos o cerca tuyo –Manjiro se acerco quedando muy cerca suyo– ...o morir.
