O2

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— Te lo dije.

Eso fue lo primero que dijo el castaño al abrirle la puerta de su casa. Dándole una mala mirada lo dejó pasar al interior de esta para después cerrar la puerta con algo de fuerza denotando su enojo.

— Te odio, en serio lo hago Zhong Chenle.

— Sé que me amas, además, me lo agradecerás después. No todos los días tienes la oportunidad de besar a uno de los chicos más guapos del instituto. — Sentenció con una sonrisa burlona en su rostro.

Aún que no lo admitiera, cosa que nunca haría y menos en frente de Chenle, tenía un pequeñísimo, gran, crush con Park Jisung, pero mirara donde lo mirara ¡El chico era perfecto! No sólo era una de las personas más hermosas con las que pudo toparse en su vida, sino que también su personalidad era un completo encanto, el chico era un ángel y no pudo evitar caer a sus pies sin más.

— En serio te odio, de cualquier persona en el instituto, tenía que chocarme con Park ¡Con el mismísimo Park Jisung! ¡¿Cómo es eso posible?!

En su frustración se dejó caer tal costal de papas en el sofá de la sala de estar, mientras que el castaño buscaba algo que pudiera comer en la cocina del castaño.

— Vamos, no es para tanto, solo es un beso y ya. — Dijo mientras su cara se encontraba dentro del refrigerador aún en su búsqueda por saciar su hambre.

"Un beso y ya" Si claro, como si fuera tan sencillo.

Tomando un cojín del sillón lo estampo en su cara ahogando un grito de frustración, mientras que en el rostro de Renjun se formaba una sonrisa divertida.

Sintió que el mueble hundía un poco a su lado, suponiendo que su amigo se había sentado ahí. Soltando un bufido destapó un poco su rostro encontrando al mayor comiendo un emparedado tranquilamente. Se reincorporó en su sitio cruzándose de piernas y mirando al contrario con el ceño fruncido.

— Bien, según tú ¿como haré para besarlo?

El contrario se encogió de hombros y siguió comiendo de su emparedado sin inmutarse mientras en la cara del mayor se instalaba una mueca de incredulidad mezclada con enojo. Levantando el cojín que estaba entre sus manos lo estrelló varias veces en el cuerpo del castaño ignorando sus quejas.

— ¡Está bien! — Gritó para que el castaño dejara de golpearlo. — No sé, solo intenta acercarte a él. No es como si fueran desconocidos ¡Conquistado con tus encantos! — Al terminar guiñó en dirección al mayor, sacándole una pequeña risa pero dejándolo con una gran duda.

— ¿Qué encantos? — Preguntó confundido.

— Ay querido Renjun, puede que tengas cara de mamón, pero eso no significa que no tengas encantos. Eres lindo a tu manera. — Se encogió de hombros.

Y ahí murió el tema. Entrada la noche, minutos que el pelinegro abandonara su casa, se encontraba acostado en su cama mirando directamente a su ventana, donde podía observar el hermoso cielo despejado y bañado de estrellas.

Las preguntas viajaban de un lado a otro por su mente, dejándolo nervioso sobre lo que haría.

"Con suerte y puedo hablarle, ¡¿cómo podría intentar besarlo?! Es una completa locura."

Gruñó molesto escondiendo su rostro en su almohada con fuerza. Dormiría mejor y después podría preocuparse por su ahora nuevo "problema".

— Maldito gnomo de jardín, me las pagarás.

Y con ese último pensamiento en mente, sucumbió ante los encantos de Morfeo, sumiéndose en un profundo sueño acompañado de una linda sonrisa y rubios rizos.














El reto del beso || RensungWhere stories live. Discover now