𝑺𝒆𝒂 • 𝑩𝒂𝒏𝒈𝒄𝒉𝒂𝒏

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Corría sintiendo la arena pegándose en mis pies, y el viento fuerte despeinándome. De vez en cuando, pisaba arena caliente y daba saltitos. Christopher, a mi lado, se reía cada vez que eso sucedía.

— ¡Allí! — señalé.

Ambos corrimos un poco más y nos detuvimos al llegar. Completamente sudados y agitados, comenzamos a reír.

— Mierda, ¿por qué tardaron tanto? — se quejó Layla.

— Layla, eso fue innecesario — la codeo Noah y recibió un golpe en el hombro — agh, bien, ¡me quedo callado!

— ¿Están bien? — preguntó Felix intentando ser cortés, pero le causó gracia vernos agitados y se terminó riendo.

Unos minutos antes

Abrí los ojos lentamente, frunciendo el ceño porque la luz solar entrando por la ventana resultaba agresiva para mis ojos recién despiertos. Busqué mi celular con los ojos cerrados, tocando el suelo, y sentí tocar algo extraño. Abrí los ojos con mucho esfuerzo y vi a mi alrededor: me había dormido en el suelo, sobre un colchón, y Chris estaba en otro colchón al lado mío.
Lo observé dormido y una sonrisa se formó en mis labios, se veía tierno durmiendo tan pacíficamente. Su rostro realmente era muy atractivo, me hizo suspirar.
Salí de mi burbuja de pensamientos cuando vi mi celular tirado en el suelo, lo tomé y vi la hora: 12PM.

"Mierda, mierda, ni siquiera le envié un mensaje a mi madre..." 

Me tranquilicé al ver las notificaciones: mi madre me avisó que ella y mi padre se irían de paseo.

《 puedes pasar el día con "Mía" si quieres. Cuídate 》

Reí con timidez al leer su mensaje y abracé mi celular.
Y nuevamente, salí de mi burbuja al notar que ni Layla, ni Noah, ni Felix estaban en la habitación: solo Chris, yo, y un montón de botellas de alcohol desparramadas por la habitación.
Me levanté y me arrodille frente a Chris para despertarlo, y entonces la puerta de la habitación se abrió bruscamente. Me sobresalté y vi a un chico parado en la puerta, con el torso desnudo y en bóxers. Su rostro, tan sorprendido como el mío, pasó en cuestión de segundos a tener el ceño fruncido. Mi reacción fue agitar a Chris rápidamente para que se despierte.

— Oyee, ¿qué, qué te pa---

—¡Qué mierda! ¡Salgan de mi casa!

Chris se levantó rápidamente, confundido, con los ojos hinchados y el pelo despeinado.

— ¿Liam? Soy yo, Chris.

— Claro que sé quien mierda eres, mira este desastre. Solo vienes a mi casa a beber, dios, estúpida Layla, ¡solo vete, largo!

— ¿Estás enojado porque te veo en calzones? No deberías, Liam, te conozco hace rato — dijo Chris en un tono burlón.

Liam, el hermano de Layla, tomó su zapato y se lo lanzó a Chris. Él lo esquivó.
Luego, nos encontramos escapando de él con nuestros zapatos en mano (ni siquiera pudimos calzarnos), corriendo en la arena caliente intentando encontrar a los chicos.

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— Nunca pensé que Liam reaccionaría así — rió Chris y se sentó en una reposera.