━━━━ 𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑

❝𝙫𝙚𝙞𝙣𝙩𝙞𝙤𝙘𝙝𝙤❞

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❝𝙛𝙡𝙤𝙬𝙚𝙧❞
𝙏𝙤𝙠𝙮𝙤 𝙍𝙚𝙫𝙚𝙣𝙜𝙚𝙧𝙨 𝙭 𝙆𝙣𝙮 𝙧𝙚𝙖𝙙𝙚𝙧
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Llegó la noche y Oyakata-sama estaba envuelto en vendas mientras la maldición ahora se apoderaba de todo su cuerpo, Amane estaba sentada junto a su figura acostada. Entonces, un hombre con cabello negro ligeramente rizado y ojos rojos entró en la finca Ubuyashiki.

── Oye, entonces estás aquí… ── Oyakata-sama giró levemente su cabeza hacia el patio abierto. A pesar de que no puede ver debido a los vendajes que estaban envueltos alrededor de su rostro, podía decir quién era solo por su voz.

──Encantado de conocerte... Kibutisji... Muzan ── Muzan rió y sonrió.

── Bueno, seguro que te ves horrible... Ubuyashiki ──

── Finalmente... viniste... a mi casa... justo en frente... de mí... Kibutsiji Muzan... Mi familia... Los cazadores de demonios... han estado persiguiendo... ... durante mil... años... ── Declaró Oyakata-sama, teniendo dificultad para hablar por la maldición que le habían diagnosticado. Recuperando el aliento y encontrando la energía para hablar más, habló con su esposa.

── Amane... ¿qué forma... qué forma... tiene este hombre...? ── Preguntó y Amane miró vacilante a Muzan y describió su característica.

── Parece un hombre de veintitantos años. Pero sus ojos son de color rojo ciruela y sus pupilas son verticales como las de un gato ──  Ella declaró.

── Oh... está bien... pensé... que vendrías... seguro... Pero también es por eso... estoy seguro... estás extremadamente enojado conmigo... Yo... fui el único... que pensó... que vendrías a matarme tú mismo... ── Muzan frunció el ceño.

── Estoy realmente decepcionado, Ubuyashiki. He vivido mil años sin mostrar signos de envejecimiento. Y la vieja familia que se interpuso en mi camino todo este tiempo ahora se reduce a esto ──  dijo Muzan.

── Repulsivo. Completamente repulsivo. Ya hueles como un maldito cadáver, Ubuyashiki... ──  gruñó Muzan, mientras Oyakata-sama intentaba sentarse de su posición acostada.

── Pensé... tanto... me dijeron mis médicos... hace medio año... que iba a morir en unos días... sin embargo... aquí estoy... todavía vivo... y los doctores... estaban perdidos en palabras... ── Su vendaje que cubría su ojo izquierdo luego se abrió para revelar su ojo ciego mirando fijamente los ojos rojos de Muzan.

── Y yo... únicamente dediqué mi alma a derrotarte... Muzan ── Dijo sombríamente, mientras Amane ahora sostenía a su esposo en sus brazos, asegurándose de que no flaqueara.