Cocktail | SaiDa

EPHEMERAL

PRIMAVERA.

MIÉRCOLES, SEÚL. KOREA.

Oficialmente el cambio está hecho.

Lo ve estando parada en el umbral de la puerta, Taeyong sacando algunas pocas cosas, tenía un gusto bastante minimalista, pero ese toque se vería arruinado por el sentido estético y extravagante de Jackson Wang.

Tampoco es que Jackson estuviera muy convencido aún. Nadie lo estaba.

La junta salió bien, los números son positivos y el crecimiento de la marca se elevó posterior a la alianza comercial con la marca BLANC. Alianza que todavía no empieza sus obras, pero ya debería hacerlo, piensa Dahyun, la época estival se acerca y es el centro en donde el éxito se desplegara. Todo eso, contado a manos del confuso castaño.

Al final del día a nadie le gusto ese cambio. Es un poco gracioso, porque muchos de los accionistas y los tres socios, contados con los dedos de una mano, están horrorizados. Dahyun se lamenta el día en que su padre decidió que tener una manada de hombres viejos para el crecimiento de la cadena era bueno, pero no puede llegar y echarlos a patadas, aunque tengan el mínimo porcentaje y ella concentre más del cincuenta por ciento, no puede, es imposible. 

Muchos de algunos accionistas ya son representados por sus hijos, porque esos canosos se jubilaron, pero nada quita la famosa “herencia familiar”. Son miradas de disgustos, prácticamente como si estuviera evidenciando una parafernalia del peor calibre. Dahyun se siente mal por Jackson, él claramente estaba incómodo.

Hubo un caballero que luego de la reunión se acercó a la castaña. La pregunta que él le hizo no sabe si logró que se enojara o se diera cuenta de que cada vez más se convencía de que su decisión estaba bien.

“– ¿Crees que lo que estás haciendo, es simplemente algo correcto? –la voz es de preocupación y con un tono desagradablemente paternal que ella odia–. Conocemos a Jackson, lo apoyamos para la decisión de la alianza comercial que tú no querías tomar, pero eso no te da el derecho de colocarlo en ese puesto que es tan importante como el tuyo. ¿Qué va a pensar tu padre de ti?”

Esa es fue la pregunta. Ella se siente que convencer que no odia a su padre, por dios, no puede odiarlo, siempre lo dio todo por ella. Quizá el pobre hombre se confundió en darle literalmente todo, hasta su estúpida cadena de hoteles.

Se mantiene firme, porque entiende que no será tan fácil salir de la sombra del señor Kim. Serena y con una sonrisa que, probablemente, se interprete como sarcástica, ella decide responder.

“– Señor, Kim. –se levanta de su asiento, Jackson mirándola con reprobación y Soobin en una esquina despidiéndose de todos los asistentes–. Él estaría orgulloso de mí. –si hay algo que el mundo aun no descubre, es de la dualidad que emana Dahyun. Su mirada es tan penetrante como a la vez puede ser tan dulce por esa bella sonrisa de ojos. Dejo marcando ocupado al viejo con la maleta apoyada en el mesón redondo–. Con su permiso. Nos vemos para la inauguración, en Jeju.
Es victoriosa.”

– ¡A nadie le gustó! ¿Qué pasa si lo hago mal? Podrían hasta bajar nuestras acciones, se reduciría nuestro gasto y Jeju no llegaría abrir sus puertas. ¿Has pensado si quiera en eso? –él no quiere gritar, no lo hace, pero su voz es alta.

– He pensado en cada cosa.

– No deberías ser tan duro, Jackson. Le estamos haciendo un favor al futuro de esta cadena. –Taeyong habla, apaciguando la situación y termina de sacar el último objeto que le pertenecía.