27.

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Dos semanas desde qué pasó la situación con theo, no hemos vuelto a hablar desde entonces

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Dos semanas desde qué pasó la situación con theo, no hemos vuelto a hablar desde entonces. Él me evita a toda costa, yo tampoco he hecho el intento de acercarme a él, dudo que sea bien recibida.

No entiendo por que le molesto que tuviera chupetones en mi cuello, ¡solo somos amigos!

Siempre que estamos en el mismo lugar, o se va o simplemente se dedica a leer un libro y ignorar mi presencia.

¿Quería hablarle?, joder, claro que si. ¿Iba a hacerlo?, no, por que él no tiene ningún derecho a enojarse conmigo por eso. Además se respetar el silencio de las personas y voy a respetar su silencio, hasta que él decida hablarme.

Ahora mismo me encuentro en clase de encantamientos, me estoy muriendo de sueño literalmente, y mcgonagall sigue hablando.

Ni siquiera me di cuenta que ya todos habían salido del salón y yo era la única que quedaba allí, hasta que mcgonagall me habló.

—Lexie, ¿podrías venir un momento?—Me pidió suavemente.

Asentí lentamente, me puse de pie y me acerqué a su escritorio.

—¿Que te pasa últimamente?—Me pregunto, ladeando la cabeza.

—¿A que se refiere?—Fruncí el ceño, estoy como siempre, ¿no?

Mcgonagall suspiró y me dio una mirada severa.

—Te notó algo cansada—Suspiró—. Como si todo te pesara, como si estuvieras cansada te todo en general, ¿te encuentras bien?

Abrí ligeramente mis labios sorprendida, no esperaba tener esta conversación y menos con mcgonagall.

Pero la verdad era que si, estaba cansada, muy cansada. Estaba cansada de todo, quería drogarme, lo quería demasiado. Sentía una ansiedad por inyectarme mis putos y delgados brazos. Pero se que si lo hago, decepcionare a todos, y todos esperan mucho de mi, por ser una Lupin y una malfoy.

Dios, soy jodidamente insuficiente, lo soy. Por esa razón mi padre hizo lo que hizo, por que nuestra familia no era suficiente... por que yo no soy suficiente. Todo fue por mi culpa... tal vez, si yo nunca fuera bajado esa noche, nuestra familia seguiría siendo perfecta y yo jamás me hubiera metido en los líos de las drogas. Si yo fuera suficiente le fuera dicho a cedric que no se metiera al torneo de los tres magos. Si yo fuera suficiente jamás me hubiera pasado nada lo que me pasó.

Estoy rota, lo estoy y no hay forma de arreglarme.

Suspire y forcé una sonrisa —Me encuentro bien, profesora mcgonagall.

Ella asintió, decidió no preguntar más y yo lo agradecí eternamente.

Salí de su oficina y me dirigí a mi sala común, me senté en uno de los sillones, al frente de la chimenea, mientras leía un libro. Las gotas de lluvia golpeaban las ventanas de vidrio, estaba lloviendo demasiado fuerte, y eso me hacía sentir tan insegura y no se por que.

Una niña rubia se acercó a mi y se puso en frente mío —Oye, te mandaron una carta—Me dijo, mientras me la entregaba.

—Gracias—Le dije, con una sonrisa, y ella se fue.

La abrí sin mucho entusiasmo y la leí.

¡Hola, pequeña lexie!, ¿cómo va todo haya en hogwarts, ¿cómo va tu vida de prefecta?, recuerdo cuando fui prefecta, de las mejores épocas de mi vida. Lex, me encantaría que me vinieras a ver, podríamos hablar de todo lo que te ha pasado y así podrías desahogarte, dicen que no hay mejor consejera que tu abuela. Mándale saludos a tu hermano.

Charlotte Lupin.

Suspire, mi abuela —por parte de papá— era un amor, pero no quiero hablar con nadie de lo que me paso, estoy bien así.

Seguí leyendo, hasta que me dio sueño y me fui a acostar.

La mañana siguiente fue lo mismo que todos los días, la maldita rutina de siempre. Fui a clases, di las clases de DCLAO, me vi con Alexei y theo me evitaba.

Todo una puta rutina, ¿por que nada era distinto?, se suponía que en navidad llegaba la felicidad, pero en lugar de eso llegó lo peor para mi, más vacía que nunca me sentía.

Merlin, no puedo soportarlo mas.

Me dirigí a mi habitación, rebusque como una loca el bolso que use el día de la fiesta de theo —el mismo en el que camilo metió  una bolsa de perico.

Saque unas llaves de mis bolsillos, y eche un poco del polvo en la punta de ellas, absorbí con la nariz el polvo y después me la limpie.

Mierda, ¿que hice?, después de meses de mierda tratando de estar limpia, volví a recaer. No puedo hacer nada bien, ni siquiera mantenerme limpia puedo.

Las chicas no se encontraban y no llegarían hasta la noche, entonces me permití llorar.

Lloré tanto que sentía mi cara dormida. Salí de ahí y me dirigí al lago negro, quería estar sola.

Seguía lloviendo y yo no me había puesto ni una puta chaqueta, pero merecía mojarme, necesitaba autolesionarme con algo.

Me senté frente al lago negro, mientras la lluvia caía sobre mi, mientras veía fijamente una piedra.

—¿Lexie?—Escuche una voz familiar detrás de mi—. ¡¿Que demonios te pasa?!

Daphne se acercó corriendo hacia mi, se quitó su chaqueta y me la puso encima.

—¡¿Por que demonios estas aquí?!—Me pregunto, con el ceño fruncido—. ¡Está lloviendo y no estás abrigada!

Suspire y no se por que muy bien, pero me puse a llorar, lloraba desgarradoramente.

Daphne no tuvo más opción que abrazarme.

No se muy bien por que lloraba enfrente de daphne, pero no nos conocemos muy bien y eso significaría que no puede juzgarme mucho.

𝐹𝑢𝑒𝑟𝑎 𝐷𝑒𝑙 𝑃𝑙𝑎𝑛𝑒𝑡𝑎// 𝑇ℎ𝑒𝑜𝑑𝑜𝑟𝑒 𝑁𝑜𝑡𝑡Where stories live. Discover now