La Conversación

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Una vez que estaba ya en la habitación se la paso con sus pequeños retoños hasta que le dieron el alta, estaba algo cansado ya que si tener un bebé era ya de por si algo difícil ahora tener dos bebés era un doble trabajo, un doble esfuerzo que tenía que hacer ya que no había nadie que le ayudara. Y él sólito podía hacerlo, no necesitaba de un alfa estúpido bueno para nada  que solo quería tener donde meter su pene.

No le importaba sus limitaciones que tenia, ni tampoco el síndrome de Peter pan o el autismo, lo único que deseaba y que si sabia que cumpliría es que sus hijos estuvieran bien.

Al salir del hospital agradeció que uno de los enfermeros que estaba en turno lo ayudo a subir al taxi, dio las gracias. 

Una vez al llegar al lugar donde se estaba quedando de inmediato bajo del taxi para empezar a caminar... con algo de dificultad pero lo hizo, siempre asegurándose de que sus dos bebés fueran bien.

Estaba caminando hacía el lugar donde estaba "viviendo" por el momento cuando vio una figura femenina de espaldas.

(creo que es la casera... no he pagado la renta y de seguro viene a cobrar la renta y solo tengo el dinero justo y...)

El omega empezó a pensar una y mil cosas, estaba demasido o un mucho asustado, con la factura del hospital se le había ido casi todo el dinero que había estado ahorrando todo ese tiempo.

Estaba tan ensimismado en su pensamiento que sólo atinó a escuchar la voz femenina.

¿kyungsoo?

Escucho como pronunciaron su nombre y en ese instante salió de su pensamiento que le seguía persiguiendo para ver a la persona que le habló y cuando alzó la vista negó rapido.

—¿N-nana?

Abrió sus ojos asombrados viendo a la mayor, y de inmediato empezó a buscar a JongIn con la mirada pues si ella estaba ahí no le impedía nada al alfa también estar ahí mismo.

¿Y si le quería quitar a sus hijos?

¡Oh no! Eso no lo permitirá ni en un millón de años, esos bebés eran suyos, los había parido, le dolieron y no dejaría que un idiota bueno para nada llegara a quitárselos nada más porque se le antojaba la puta regalada gana.

—KyungSoo soy Nana y vengo sola...

Como si le hubiera leído el pensamiento se calmo rápidamente para verla. Ella tenía los ojos llorosos y sólo atinó a abrazar al omega con cuidado porque tenía a sus cachorros cargando.

—Mi niño... No sabes cuanto te he buscado, cuanto te extraño y cuanto me he preocupado.

—Estoy bien Nana, gracias.

Una vez que menciona eso, la señora se separa para ver a los bebés.

—Oh dios... Son dos, tuviste dos bebés.

Asintió, ella se quedó viendo al niño y a la niña.

—Pero si son hermosos... ¿Puedo cargar a uno?

Ni siquiera se espero a la respuesta de su parte, solo le quito a uno de los bebés, más especifico a su hija. Observo cómo la cargo para besarle sus mejillas.

—Pero mira que gorda tan hermosa... Eres una nena bellísima, sacaste las mejillas de tu madre sus labios también... Te ves presiosa.

Después se acercó a ver al niño y sonríe.

—Oh cielos... Ambos son tan parecidos a ti KyungSoo, es que mira esas caritas bellas. Son bellísimos, son tan hermosos.

No pudo evitar sonreír pues era la primera adulación que le daban hacia sus hijos.

Sanado con tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora