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Oh Roseanne, cuál era tu encanto, que el verte cerrar los ojos y sentir la brisa, me daba tanta satisfacción.
Porque el mundo no acepta a gente como yo?
Rosé, Roseanne, tu nombre se atascaba en mi cabeza, no paraba de dar vueltas. Porque vivías en mi mente y en mi corazón? Y no salias de ahí ni en mis siestas?
Oh Dios mío, creo que estaba enamorada de ti.
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