𝟖

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–No te quites la venda –le dio un golpe en la mano derecha.

–No quiero tenerla –dijo molesto.

–Estamos cerca de la sorpresa.

–Eso dijiste hace 10 minutos, antes de decirme que cambiamos de ruta.

–¿¡Qué!? ¿¡Cómo lo supiste!?

–Me di cuenta porque ese no era el perro que siempre pasaba a esa hora del día.

–¡Déjame ser precavido! Solo pasaremos una estación más y ya.

Craig sentía que esa caminata era un más larga que todo el tiempo que llevaban en esa relación gay.

–Ya puedes quitártela.

Una tienda de mascotas.

–¿Crees que sea buen momento para tener a Stripe #4? ¡Eck!

Craig tomó de la mano a Tweek y sonrió, no podía creer este detalle por parte de suamigo. El rubio se sorprendió por el sencillo acto de Craig, que le pareció honesto.

–Gracias bebé.

Tweek sentía que no podía respirar, no sabía si era un ataque de pánico por todas las personas que los estaban comenzando a mirar o era porque se sentía avergonzado por lo comentado por Craig.

Varias personas que pasaban por ahí les dieron 100 dólares a cada uno por su acto tan sincero y se fueron del lugar, ahora Tweek tenía dinero suficiente para comprar un ejército de cobayos, pero no quería otra perumedia en South Park.

Craig fue el primero en entrar a la tienda, el rubio nunca lo había visto así de emocionado.

–Mira este Tweek, no me quita los ojos de encima –Craig miraba detenidamente un cobayo de pelaje blanco con manchas cafés.

–Es muy bonito, yo nunca he tenido una mascota, pero si pudiera, sería justo como este.

Craig se sorprendió por las palabras de Tweek, todo niño debe de tener una mascota, hasta Stan tiene a su perro gay.

–Este es, este será nuestro.

–¿¡Nuestro!? No Craig, esta será tuyo.

–Piénsalo Tweek, podremos hacer juntos cosas con Stripe.

No le gustaba la idea a Tweek, faltaba poco para que llegara la próxima estación y no quería encariñarse con ese animal, debido a que no sabía que pasaría con Craig y él después de terminar.

–Además sería también tu mascota.

Con esas simples palabras, Tweek cayó rendido

–Hasta luego chicos, cuiden mucho de nuevo "hijo".

–No puedo creerlo, mi primera mascota –sorpresivamente el rostro del rubio cambió–. ¿¡Pero qué pasa si lo arruino!? –entrelazó sus dedos con su cabello y lo comenzó a jalar.

–No te preocupes Tweek, lo harás genial –Craig le tomó la mano, calmando así los nervios de Tweek–. Esto es genial Tweek, vamos a mi casa, vas amar a los cobayos.

Este día no era lo que Craig se imaginaba, pero fue todo lo que deseaba, tal vez sería mejor aplazar su ruptura con Tweek, su gran "amistad" apenas estaba empezando.

Una estación más (Creek) Where stories live. Discover now