EL DESPERTAR DE LA MAGIA ANTIGUA - Dramione

Capítulo 16.- Vivos y profecía

A la mañana siguiente Ares y yo volvimos a seguir con nuestro camino a través del territorio de los elfos, Zephyr vino a acompañarnos cabalgando a mi lado, pues la equitación era algo que había aprendido hace años, me mantenía estable, pero mi trasero estaba sufriendo la mayor parte, si, claro, prefiero mil veces cabalgar a un caballo normal que volar en una escoba, cuando llegamos a la frontera del territorio después de unas horas a caballo, nos despedimos de Zephyr y sus guardias, seguimos cabalgando por un tiempo hasta encontrarnos con la bahía de la ciudad Luna, la brisa marina me besa la piel con el aire, a unos cuantos metros veo el puerto grande de la ciudad, una fortaleza con un castillo pequeño, perteneciente al gobernador de la ciudad. Llegamos y unos guardias nos detienen.

- ¡Alto! - dice el guardia y ambos paramos de cabalgar frente las puertas - ¿Asunto de ingreso?

- Soy el príncipe Ares, ordeno que nos dejen entrar - dice Ares con voz autoritaria y enseña el emblema familiar.

- Bienvenido Alteza - dice el guardia haciendo una reverencia junto con sus otros compañeros.

- Vamos Hermione - dice Ares y vuelve a cabalgar hacia la ciudad, lo sigo en silencio observando el lugar, pasamos por una calle de pavimentada, hay varios puestos y carruajes que se mueven mágicamente o caballos los llevan dependiendo del rango noble que portan los que lo utilizan, pasamos una gran plaza con varias personas deambulando y muchos miran nuestras monturas, pues montar un caballo ordinario es poco común, normalmente en este mundo, tu montura puede ser cualquier criatura mágica que esté dispuesta a hacer tu familiar. Si tu familiar es pequeño, utilizan escobas o vehículos voladores para transportarse, pero si tu familiar puede trasladarse con rapidez, entonces no hay problema en usarlo como tal.

Llegamos al pequeño castillo y pasamos inmediatamente en las puertas, bajé del caballo y un mozo tomó cuidado de él, tomé mi bolso y caminé hacia Ares, subimos los pocos escalones y entramos al lugar, pronto un hombre vestido en traje nos saluda.

- Bienvenidos al castillo Deluna mis señores - dice haciendo una reverencia - Ares asiente y pregunta.

- ¿Dónde están todos?

- El señor duque se encuentra en su oficina junto con el resto de los invitados - dice el mayordomo y me mira.

- Hola - le digo con una pequeña sonrisa - Soy la princesa Hermione - le digo y el señor abre sus ojos.

- Su alteza perdone a este viejo por no reconocerla - dice haciendo otra reverencia - mi nombre es Fabell Martin, mayordomo del ducado Lunaris.

- Un gusto conocerlo - digo asintiendo y sonriendo un poco.

- Acompáñame Hermione - dice Ares subiendo los escalones, suspiro y lo sigo. Camino por un gran pasillo hasta llegar a unas puertas blancas, Ares se adentra sin tocar y niego con la cabeza, este idiota se le olvidan los modales. Asomo mi cabeza y veo reunidos a varios hombres en la habitación.

- ¿Qué te hiciste en el rostro? - pregunta una persona que está en el asiento del escritorio de la habitación, un hombre de cabello negro con ojos color ámbar le pregunta.

- Un hechizo de glamour - dice Ares y me mira - todos, mi hermana ha vuelto con nosotros - dice y ahora tengo diez pares de ojos mirándome, pero hay un par de ojos que me detengo a ver y se me corta la respiración.

- ¿Sirius? - pregunto levemente al ver a ese hombre que hace tres años dejé de ver.

- Hola gatito - dice y me arrojé a él, Sirius me abraza mientras enterré mi cabeza en su pecho, pues este hombre estaba vivo, sollozos salen de mi garganta y él me acaricia el cabello. - Tranquila amor, estoy aquí.