9 I'm a mess

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Despues de ir a la dimensión espejo los días y tardes de Carol habían estado bastante tranquilos ocasionalmente salía a luchar con el crimen y Drew trabajaba en una
librería cuando la capitana la requería ella estaba dispuesta a ir a ayudarla pero últimamente había visto a la rubia algo decaída por lo que decidió que era bueno que saliera a despejarse para levantar su ánimo asi que por varias noches intentó emparejarla con alguno de sus conocidos debido a que sentía que sus decaídas eran respecto al doctor mágico apesar que ella lo negara pero luego de presentarle a varios amigos por alguna extraña razón todos salían huyendo.

— Carol no es tu culpa.

— Te creería si se tratase de la primera o segunda cita pero ha pasado mucho esto así que la próxima vez que salga será sola te agradezco tus intenciones Jess pero será mejor que me dejes al menos por la siguiente noche.

— De acuerdo.

— ¿Que es lo que sucede conmigo? — Se preguntaba una y otra vez al espejo antes de salir al bar la siguiente noche después de lo sucedido con Jessica, obto por su por cuenta esperando que si encontraba a alguien no saliera huyendo como todos lo demás, era piloto, tenía un cabello adorable, un increíble y asombro gato, un muy hermoso y revelador vestido además de unas espectaculares piernas y unos poderes divinos seguro sus problemas eran insignificantes y algo blancos porque había gente que sufría racismo o niños que no tenías padres o algunas guerras o gente muriendo sin embargo en estos precisos momentos se sentía como toda una tonta y muy deprimente que no podía saborearse su bebida del Bar en Hell's Kitchen se supone que es el mejor lugar y aún así sentía lástima de si misma pero como no sentirse si era o unica del lugar en un sábado por la noche seguia mirando el vaso cuando en eso escucho como la puerta se abrió y diviso a un hombre que ya había visto y luchado a su lado — ¿Stephen? — Dijo cuando sus miradas chocaron le sorprendía que de la millones de personas que había en esta ciudad los miles de bares y lugares de diversión el hechicero mágico apareciera en ese preciso momento.

— Carol, que maravillosa sorpresa he de admitir — Dijo a la vez que caminaba y se acercaba a él.

— ¿Que haces aquí? — preguntó con un poco más de ánimo pues estaba cerca de alguien que conocía y eso la hacía sentir mejor, saber que esta persona no huiría de ella.

— Vengo de la boda de mi ex casi algo.

En ese momento todo el ánimo que había tenido se esfumó por la respuesta que obtuvo del doctor hasta se sintió algo culpable así que no supo que hacer o decir más que lo típico que en estos casos suele decirse — ¡Uh! Lo siento mucho debió ser doloroso.

— Se suponía que saldríamos pero me blipee — Comentó agobiado recargándose en la barra del bar.

Carol le puso una mano sobre su espalda para darle un poco de ánimo con ese sencillo movimiento — Se que no es lo mejor pero la vida debia seguir.

— Lo se tampoco podría pedirle que me esperara, pero no había forma.

Carol vio como el hombre tomó el primer trago que había en la barra que era el suyo y aún así el hombre seguía algo decaído por lo que la rubia pidió dos de lo que estaba tomando para animarlo pero tomaron más que un poco de tragos posiblemente más de una botella y durante ese tiempo hablaron de muchas cosas, romance peleas, sus vidas anteriores pero en especial se apreciaba el uno al otro ya que nunca se habían visto con otra ropa que no fuera la del trabajo o cualquier ropa más colorida y por la cabeza ebria de Carol solo pasaba lo hermoso y guapo que lucia el doctor seguro debía lucir irresistible con su traje médico o una bata pero en ese momento era simp de Stephen en smokin, mientras en la cabeza del hechicero supremo solo pensaba en lo hermosa que era Carol vestida con ese vestido rojo se veía tan sexy y muy radiante y solo quería enrollarse con ella ni siquiera sabía si estaba ebrio pero quería hacerlo y solo lo haría si ella estaba dispuesta y claro que lo estaba pues se reía de sus chistes, ocasionalmente solía tocarle y juguetear con su cabello en especial con su mecho algo decaído además también acariciaba su barba y está más que dispuesta a escuchar cada una de sus palabras y sentía que conforme más tiempo pasaran más cerca estaba el uno del otro por lo cual aprovechó que la rubia tocaba su barba para acercarse a ella y robarle un beso en el cual no se molestó sino rodeo su cuello con sus brazos para profundizarlos más y sentía con una mano subía por su pierna la detuvo apenas lo miro y ambos sonrieron siguieron besándose había demasiada pasión y calentura fue una noche más allá de copas locas pues los recuerdos son borrosos.

Marvelous Strangers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora