Capítulo 6

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°Tiempo pasado°

°Tiempo pasado°

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Toda la sala estaba en silencio procesando lo que acababa de ocurrir, los reyes habían encontrado a su princesa, y los Vulturi pronto tendrían una nueva reina.

La pelirroja estaba atónita mirando vió a los dos hombres acercarse a ellos rápidamente. Sintió cómo el hombre que la había agarrado volaba por los aires.

Entonces vió lo que ocurría.

El rubio lo había tomado por la camisa sólo con una mano y lo había levantado del suelo.

- No vuelvas a tocarla o yo mismo te cortaré las manos.- Gruñó el rubio.

'Caliente' pensó la chica.

- ¿Estás bien, mia principessa?.- Una voz interrumpió los pensamientos de Kaela, la cual quedó atónita al ver al pelinegro delante suyo.

- ¿Princesa?- Volvió a llamar al ver que esta ésta no contestaba.

- ¿Que? oh, eh sí sí, me encuentro bien.- Murmuró la chica saliendo de su ensoñación con los ojos aún puestos en el hombre que se encontraba ante ella.

- Me alegro, seguro estás cansada, ven siéntate aquí.- Habló empujándola con él de camino hacia los tronos.

Kaela se volvió hacia el rubio, que aún seguía ocupándose del hombre que la había agarrado junto con sus amigos.

A su vez, el pelinegro vió como la muchacha dirigía su vista hacia su hermano y sonrió.

- No te preocupes por él princesa, ahora nos acompañará.- Dijo para que la pelirroja accediera a acompañarlo.- Por aquí.- Puso su mano en la espada de Kaela, la cual estaba cubierta por la fina tela del vestido que llevaba, pero aún así pudo sentir su frío contacto, lo que hizo que la joven sintiera un escalofrío.

Caminaron por en medio de la sala mientras los presentes se apartaban de su lado y agachaban la cabeza, algo que le resultó muy extraño porque pareció que le trataban con un respeto digno de la realeza.

"Quizá sea solo porque estoy a su lado" Pensaba la chica.

Al llegar a los tres tronos, el hombre le cedió su asiento en el medio y no le permitió negarse a  aceptar su oferta.

Una vez sentada, examinó el lugar. A unos metros de ella se encontraban "los gorilas" (como ella los llamaba) que la habían traído hasta aquí. A derecha de los tronos estaban los gemelos, quienes no le habían quitado la mirada a Kaela desde que había entrado y aún seguían procesando lo que estaba pasando. Y al final de la sala, justo al lado de la pequeña puerta por la que había entrado, continuaba la disputa entre el rubio  y el otro hombre, junto con sus demás amigos que solo bajaban la cabeza rezando porque ellos no fueran los siguientes en despertar la ira del rey.

Princesa Desaparecida |Aro y Caius VulturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora