Amor en Babylus

Final Harem

Sulyvan oía con atención a la jovencita que estaba en una encrucijada, estaba confundida.

Ella tenía miedo de herir a los demás pero a la vez ella no quería perder su felicidad... pensando en ello llego a su mente un recuerdo oportuno de alguien querido para él.

- ¿Sabes? Cierta vez el Rey Delkira se encontró en una situación similar a la tuya.

- ¿Delkira?

- Así es.- Sulyvan miraba el horizonte con ojos brillante como si estuviera viendo a su amo de antaño en ese mismo momento.- Al ser un Rey debe ser capaz de tomar decisiones difíciles, cierta vez surgió un conflicto, era inminente la confrontación con nosotros, sin embargo él no quería perder, se habría resuelto solo con derrotar a los enemigos con su enorme poder, sin embargo él tampoco quería que nadie saliese herido, pero no quería dar el brazo a torcer, no quería perder su autoridad... estaba en una encrucijada...

- ¿Y entonces que hizo?- pregunto ansiosa la joven que veía en ese recuerdo la solución a su problema.

- El hizo todo.

- ¿Eh? ¿Cómo?

- Ordeno que se solucione todo con un juego de cartas.- la joven enfermera se lo quedo mirando asombrada.- Los enemigos aceptaron y jugaron, el gano y todos tuvieron que darle su respeto nuevamente. Así era Delkira, su ambición lo llevaba a cumplir todo lo que él se propusiera.... Ahora te pregunto: ¿es tu ambiciona si de fuerte? ¿Podrás crear opciones donde otros solo ven blanco o negro?

Fue ahí que tuviste una revelación, supiste lo que debías hacer.

Saliste volando a toda velocidad mientras el demonio anciano te miraba desde la cúpula de la escuela, sonreía satisfecho al ver la determinación que había en tus ojos.

Volaste con todas tus fuerzas hasta llegar a la enfermería y llamaste a los 3 demonios, debías hablar urgentemente con ellos.

Cuando llegaron a la enfermería los hiciste sentar y con total seriedad comenzaste a hablarles:

- He estado pensando toda la semana qué decisión tomar, quien es el demonio al que pertenece mi corazón y he llegado a una única conclusión...

Los 3 demonios estaban tensos, Balam juntaba sus manitos y miraba expectante, Kallego cruzado de brazos para demostrar seguridad pero por dentro temblaba y Opera tenía una postura tranquila pero su cola estaba erizada, estaba alerta.

- ... yo realmente los amo.... ¡Los amo a los 3! No quiero ceder a ninguno ¡Quiero ser pareja de ustedes 3!

- ¡¡¡¡ ¿EH?!!!!!- Gritaron los 3 demonios al escuchar tal afirmación.

- De... debes estar bromeando...- aseguro Kallego.