capítulo 3

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Nada más salir por la puerta respire hondo, tenía la sensación de haber estado horas conteniendo mi respiración, sinceramente no sabría decir que ha pasado en el Consejo, desde que entró Brunno por la puerta, toda la sala se llenó de una tensión extraña.

-¿Todo bien Lizzy? -Brianna abrió la mi puerta del coche dejándome pasar.

-S...sí... -Entré al coche e intenté disimular mis nervios abrochando el cinturón.

Tras nuestro viaje de vuelta, esta vez mucho más tranquilo, Brianna me dejó en la puerta de casa, bajé un poco insegura mirando el portón de mi casa.

 -Si necesitas algo llámame o ven a casa ¿vale? -Bri me sonrió tranquilizándome.

-Sí -me despedí con la mano y me dirigí a mi casa.

-¿Ya?-Carol me esperaba cruzada de brazos tras la puerta, me daba la sensación de que algo le molestaba de mi pero hoy no estaba para sus comentarios. 

-Si Carol... Yo... No quiero discutir contigo ahora -Subí las escaleras desganada y sin mirar atrás, pero escuche un gruñido por parte de Carol. 

Cuando entré en el cuarto y me quité enseguida la ropa quedando desnuda totalmente, entré arrastrando los pies al cuarto de baño y llené la bañera.

Mientras se llenaba prepare mi pijama, realmente estaba agotada del viaje y de esa sensación que Brunno había creado en mi. 

Suspiré mirando mi cara de cansancio en el espejo y dejé el pijama en el lavabo, sin pensarlo más me metí por completo en la bañera, me encantaba relajarme allí. 

La pared que estaba pegada a la bañera era de cristal y me permitía ver todo el bosque mientras me bañaba. 

La espuma llenaba la bañera y yo jugaba con ella, muchas veces me sentía como una niña pequeña, pero me gustaba esa sensación de despreocupación.

Pero de repente un escalofrío recorrió mi cuerpo, me sentía observada, pero era imposible, el cristal era especial, permitía ver desde dentro pero de fuera no se veía nada y en el baño estaba yo sola..., 

Me quedé quieta mirando por la ventana fijamente intentando encontrar algo, pero nada... No había nada... 

Yo seguía sintiéndome observada, así que agarre la toalla, me levante rápida y me tape sin apartar la mirada del bosque, salí de la bañera  y agarré la ropa para vestirse en mi cuarto. Me sequé el cuerpo y me puse rápido el pijama 

¿Por qué me sentía así de observada? Agarré mi pelo en una coleta y me senté en la cama mirando hacia mi balcón, era una sensación muy extraña, sentía que alguien me miraba pero no era incomodo... Me levanté, cerré las cortinas y me acosté. Mañana será otro día y podré celebrar mi cumpleaños con mis amigas por fin.

Bajo la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora