Rest in Peace || l.s. traducción

Rest in Peace

Nunca se suponía que terminaría de esta manera.

Después de todo lo que han pasado, no debería terminar de esta manera. Haberse encontrado como extraños, como niños con los ojos muy abiertos y asustados al borde del mejor momento de su vida, enamorarse en un baño público, encontrar sus vidas inequívoca e irrevocablemente entrelazadas fue un milagro. Amarse todos los días a través de un espantoso encierro y un odio virulento y demasiados flashes para contar fue un milagro. Después de todo lo que han pasado, deberían merecer algún tipo de milagroso felices para siempre.

A veces, cuando recuerda las cosas, hay una pequeña parte enojada de Louis que desearía no haber conocido a Harry. Si se hubiera perdido esa audición, si se hubiera quedado en la cama, nunca se habría enamorado del cabello rizado, los ojos verdes brillantes y los hoyuelos que nunca ha pasado un día sin besar desde entonces. Harry habría sido famoso de todos modos — Harry siempre ha sido la luz de las estrellas — pero tal vez Louis no se hubiera enamorado tanto si hubiera visto a Harry al otro lado de una pantalla. Tal vez no habría caído en absoluto si nunca hubiera puesto una mano sobre el pecho de Harry y sentido que su corazón se aceleraba.

La mayoría de las veces, cuando recuerda las cosas, Louis se culpa a sí mismo. El mismísimo sistema solar que giraba alrededor de Harry y Louis tenía la órbita más cercana, volando lo suficientemente cerca como para sentir ese calor en cada átomo de su cuerpo. Debería haber estado prestando más atención, debería haber abierto los ojos y mirar al sol y ver lo que estaba pasando.

Los dolores de cabeza podrían haber sido cualquier cosa. Deshidratación, sensibilidad a las luces del escenario, sentidos sobrecargados por los gritos de la multitud. Podría haber sido cualquier cosa. Podrían haber sido mil cosas que no fueran un grupo de manchas en una curiosa resonancia magnética.

"Bueno." Había dicho Harry débilmente, su palma encontró la de Louis mientras se sentaban uno al lado del otro frente al escritorio de la propia Muerte. "Supongo que no puedes molestarme ahora si olvido las letras."

Había otros médicos, por supuesto, Louis se aseguró de eso. Hubo otras resonancias magnéticas, hubo escáneres cerebrales de todo tipo y especialistas de todos los continentes y tantos viajes a hospitales que las arrugas del entrecejo se convirtieron en un elemento permanente en el rostro de Harry. "Ya es suficiente." Se encontró susurrándole a Louis una noche mientras el amor de su vida yacía acurrucado junto a él en la cama, profundamente dormido. Pasó sus dedos por el cabello que Louis hacía tiempo que había dejado de preocuparse por cortar. "Suficiente."

Louis no dice la palabra cáncer hasta que la quimioterapia realmente ha hecho efecto. Harry está inclinado sobre un inodoro con lágrimas en los ojos y sangre salpicando sus labios porque hace mucho que perdió todo lo que tenía en el estómago, y Louis está arrodillado a su lado con los labios presionados contra el hombro de Harry mientras sujeta el cabello de su esposo y trata de fingir que todo es solo un sueño terrible. Las arcadas se detienen. Louis se acerca para agarrar una toalla y tiene que detenerse por un momento para dejar que su mundo se derrumbe cuando su mano se aleja con un grueso mechón de cabello de Harry. "No deberías tener cáncer." Susurra al suelo. "No deberías ser tú."

No debería ser Harry, que ha pasado solo veintiséis años en esta tierra y ha pasado cada uno de ellos mejorándolo solo por ser. No debería ser Harry, quien ha capturado decenas de millones de corazones y nunca ha roto uno. No debería ser Harry, pobre y dulce Harry, querido y hermoso Harry, que cambió vidas y vivió la suya desinteresadamente y nunca pidió nada excepto ser amado. No debería ser Harry.

No debería ser Harry el que tiene que acudir a Louis una noche con un nudo en la garganta y una máquina de afeitar en la mano y pedirle a Louis que le quite sus últimos rizos. "Me veo ridículo." Dice estoicamente, como si Louis fuera lo suficientemente ciego como para no darse cuenta de cómo se pasa el dorso de la mano por los ojos. "No alarguemos esto." Agrega en palabras que de alguna manera logran ser más pesadas que el aire que las transporta.