Capítulo Veintidós

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Ya han pasado tres meses desde que llegamos a este pueblo demoníaco abandonado preparado por Minerva para los niños ganado.

Ya ha pasado... un año sin ver a Ray.

Desde que llegamos aquí me he encargado de ayudar a Norman con el plan para derrumbar a los demonios, por ahora solo tenemos algo de información sobre cómo se forman los niveles sociales de los demonios.

Justo ahora me estoy cambiando en lo que corresponde ser mi oficina, nadie entra aquí a excepción de dos personas que tienen el permiso necesario.

Abotoné la camisa Blanca se mangas largas con cuello, caminé hacia el baño en busca del espejo.

Tomé el peine para empezar a pasarlo lentamente por las hebras de mi cabello, le eché un vistazo a mis cuernos y una sonrisa se dibujó en mi rostro, ya no han crecido más... aún así se notan a simple vista, pero eso no es un problema, como cada mañana aquí miré mi cuerpo, aún no lograba procesar como por culpa de los experimentos este se veía un poco más desarrollado, pero para mi suerte, no tanto como Bárbara, soy más baja que Bárbara, eso es bueno...

Tomé los guantes blancos y los coloqué en mos manos con suma delicadeza, en busca de ocultar ese tono Violeta en ellas.

Caminé hacia el puesto de mi oficina, una silla negra de oficina y una mesa algo extensa llena de papeles. Busqué entre mis cajones una bolsa de café y lo vertí en una pequeña taza.

Preparé el café y decidí sentarme en aquella silla de oficina, coloqué una de mis piernas sobre la otra y sonreí ante el sabor del café en mi paladar.

Hoy regresarían Norman y su equipo de una plantación, no suelo ir a plantaciones ya que mi trabajo no es aquello.

Mantuve mi expresión seria mirando todo el papeleo a mi al rededor, más muchos libros que leer sobre la monarquía demoníaca, también en el papeleo hay un montón de dibujos sobre la anatomía de aquellos demonios, me encargo de estudiar sobre ellos para buscar puntos débiles, como se distribuyen socialmente, esa información se la proporciono a Norman para el plan.

En este lugar, nadie con exactitud como soy, o si quiera mi apariencia, a excepción de Norman y Vincent.

Nunca me he aparecido fuera de la oficina, pues no creo que todos esos niños me acepten con estos cuernos violetas, ya no es algo que me importe, pero tampoco quiero miradas extrañas.

Se refiere a mi como "La jefa" según Norman, los rumores sobre mi son sobre ser una persona fría, misteriosa y reservada.

Le resté importancia a aquellos estúpidos rumores con relación a mi actitud, lo único que hago es reírme de aquellos rumores que corren.

Mi actitud ha cambiado radicalmente, diría que a causa de los traumas, sinceramente no me interesa, tampoco es alto importante.

Pero hoy... hoy planeo salir de la oficina, aunque sea una vez, supongo que deben saber la apariencia de aquella persona a la que llaman "Jefa".

Solo estoy esperando la llegada de Norman y su equipo de aquella plantación, me levanté de la silla para empezar a buscar en la estantería los libros que tendréis que investigar hoy, esos fueron traídos por Norman el día de ayer, suelen ser robados por Bárbara del pueblo demoniaco u otros lugares.

Pasé mis dedos seleccionando los libros, fruncí el seño mientras los buscaba.

Miré a un lado de la estantería donde suele estar mi arma, un hacha, de un tamaño algo grande, es algo pesada, pero descubrí que el peso no me afecta debido a que parte de mi ADN es demoniaco. No suelo usarla, ya que no salgo es algo innecesaria.

¡Mírame, Por favor! Norman x Tú x RayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora