Ese mensaje

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Llegamos a una gran mansión, fue ahí cuando lo supe, esto no significa nada bueno, no tenía pruebas pero tampoco dudas.

Al tocar la puerta nos abrió el mayordomo, inmediatamente nos dirigió al comedor, ahí se encontraban los amigos de mis padres y su hijo como era de esperarse, la pronta necesidad de reunirnos no podía significar otra cosa que MATRIMONIO, en fin, padres controladores.

Los halagos no se hicieron esperar, el chico peli-lila no me dirigió ni una sola palabra, me sentía estresada y con ganas de salir huyendo, la hora del postre había llegado, con ella el tan incómodo momento.

—La cena de hoy tiene un motivo muy importante para ambas familias —comenzó mi padre.

—Sus carreras forman una combinación espectacular, decir que la hija de los dueños de la  mejor empresa nacional y el hijo de los creadores de la mejor empresa extranjera contraigan matrimonio sería una noticia benéfica para todos —la señora Mitsuya fue directamente al grano.

—¿Qué pasa si me opongo? —dije al unisono con el diseñador, cruzamos miradas por unos segundos.

—No pueden hacerlo, está decidido —mi madre termino.

. . .

—No me voy a casar con alguien que no conozco —apenas crucé la puerta de mi casa expresé con molestia.

—No te estábamos preguntando, es una orden —contesto mi padre.

—______, vas a vivir con el a partir de la próxima semana, tienes algunos días para comenzar a empacar todo, si decides negarte sabes muy bien como terminan las personas que nos llevan la contraria, no por ser nuestra hija serás la excepción —la pelinegra que se hacía llamar mi madre dijo con tranquila sinceridad.

Subí a mi habitación pensando en que tal vez aventarme de un puente era la mejor opción si quería huir de aquel matrimonio.

. . .


Oficialmente me encontraba en lo que sería mi nueva casa, claramente no estaba sola, Takashi y yo debíamos vivir juntos hasta que llegara el día de nuestra boda, faltaba un mes, teníamos ese mes para conocernos pero no estaba en nuestros planes.

¿Lo mejor o lo peor? Teníamos que terminar antes de la boda una colección completa, yo sería su modelo y el crearía lo demás. Al no saber nada de diseño solo podría colaborar siendo la modelo aunque a decir verdad no era por gusto, realmente no tenía otra opción.

Me tire al sofá frente a Takashi, necesitábamos aclarar ciertas cosas.

—¿De verdad tenemos que vivir juntos hasta que nos casemos? —el peli-lila me miro con confusión.

—Si hubiera otra opción yo no estaría aquí, contigo.

—Somos adultos, se supone que podemos decidir que hacer con nuestra vida.

—No podemos, fuimos criados para seguir sus reglas, si ellos piden algo solo podemos hacerlo, no tenemos otra opción —lo miré con obviedad.

—Podemos desobedecer, somos sus hijos, no nos harían nada.

—Tienes mucha fe, que seamos sus hijos no quiere decir que a ti tus padre no te van a hacer algo, lo mismo pasa con los míos, llámame pesimista pero solo digo la verdad.

—Cuando no tengamos trabajo, solo evitemos vernos.

Cada uno se fue a su respectiva habitación, sin mencionar otra palabra. La tortura estaba por comenzar.

𝚂𝚝𝚊𝚢 - 𝚃𝚊𝚔𝚊𝚜𝚑𝚒 𝙼𝚒𝚝𝚜𝚞𝚢𝚊  Where stories live. Discover now