Capítulo 10*

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Cuando cumplí los catorce mamá me regaló mi primer diario,estaba entusiasmada por escribir no solo mi día a día sino que también describiría como seria mi futuro en unos 5 o 6 años, es gracioso porque imaginaba terminando el bachiller con buenas calificaciones, entrar una buena universidad, disfrutar de esas fiestas que organizaban los de ultimo año... aprovechar mi juventud.

Cuando terminara la universidad viajaría a Paris y viviría allí, antes de que mi padre se fuera , les hubiese dado a mis padres unas vacaciones bien merecidas. Tener un trabajo estable con una buena comisión, si las circunstancias lo permitían tener una pareja y no lo se tal vez casarme, formar una familia.

Escribí detalladamente como seria mi futuro, que hasta imagine a mi de ancianita, si llegara a envejecer sola o con un esposo, siendo abuela de 5 niños y mis hijos hechos y derechos . Si llegaba a los sesenta años, claro si la vida me lo permitiría,saltar de un avión en paracaídas antes de morir.

Ahora mi futuro y vida dependían de un fino hilo según lo que vaya a pasar en los próximos días.

Dios de verdad que tenía una increíble imaginación, eran buenos tiempos. Pienso que la etapa preadolescente es grandiosa, un punto medio entre la niñez y adolescencia en donde da el inicio del desarrollo tanto en cambios físicos como emocionales. Por supuesto que las niñas ya no eran tan chamitas y los niños no tan estúpidos... Digo tontos, si eso.

Aún recuerdo las insinuaciones de los niños a las niñas en cuanto venían cambios en su cuerpo. Y las niñas que envidiaban y criticaban a las que no se habían desarrollado por completo o al contrario. ¡Niñatas envidiosas!.

Si eran delgadas, coquetas y lindas, las incluían a su grupo de cotorras andantes.

Si eran gordas o un tenían un kilo de más, las insultaban y humillaban.

Y si eran comunes y corrientes, incluso inteligentes las ignoraban.

Sin embargo, yo en el colegio no me definía con ninguno de esos grupos, yo era una chica normal, delgada, no era coqueta pero si me arreglaba, tenía amigos de otros grados y era muy pero muy inteligente. Nivel cerebrito.

Aunque claro no podía faltar una Cristin saliéndose de su situación actual.

La realidad y los secuestros apestan. Cinco días encerrada en estas cuatro paredes mohosas, cinco frías noches sin poder pegar un ojo, cinco días sin asearme, sin comida y sin agua. Y ¿como se cuantos días llevo encerrada? Bueno untaba mis dedos con moho y trazaba líneas en la pared por cada noche que pasaba.

A veces sentía que vivía en la película e los Croods.

Mi garganta pide a gritos una simple gota de agua, mi estomago ruge a cada minuto y el olor a rata muerta no es nada comparado a mi maloliente cuerpo.

Recostada a la sucia pared miro un punto indefinido de la habitación perdida en mis pensamientos.

menuda mierda

Pienso. Oigo que habren la seguridad de la reforzada puerta de metal, esta sede y se abre.

No es mi imaginación ¿O si?.

Por un momento cre que ha de ser Lían, pero ni me animo a verle.

Un leve carraspeo hace que voltee hacia la puerta. Me sorprendo al ver que por ella entra una señora de la tercera edad con una badeja en las manos repleta de comida.

- Mi señora aquí le traigo su desayuno- musita cortes dejando la bandeja a unos cuantos metros de mi.

- Es de parte de Lían ¿no es así?- ella asiente y sonríe dejando ver sus pequeñas arrugas.

El Rey AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora