Capítulo 29

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Espero que un día puedas releer nuestra historia, mientras escribes tu final feliz en otra.

Pov Narrador Omnisciente.

¿Por qué mentimos?

¿Mentimos para encajar con los demás?

¿Mentimos para no perder lo más preciado que tienes?

¿Mentimos para nuestra conveniencia?

La mentira era un espejismo, un vómito de palabras con oscuridad y malicia ocultando una verdad, ya puede ser grande o pequeña.

Los humanos siempre mentimos, cómo cuando comes las galletas a escondidas y tus padres preguntan quién fue, aún y cuando tienes tu cara llena de chocolate y migajas en las manos, no dices la verdad porque sabes las consecuencias de tus actos.

No obstante, no todos decían la verdad, no todos te decían si luces mal con el vestido que te enamoró a verlo por primera vez, no todos te dicen si actuaste mal con algún amigo, no todos tienen las agallas de decirte que está mal en ti. Y tampoco, no todos tienen la valentía de ser verdaderos consigo mismo.

Martha Guzmán había mentido tanto, que sus mentiras se habían convertido en una inmensa bola de nieve, arrastrando con ella su fallecido esposo y hijas, todo por un romance clandestino que terminó en una fuga.

—¿Qué dijiste, Poché?— Inquirió Valentina, viendo a su hermana con semblante serio.

La mayor de las Garzón estaba sufriendo, su alma se estaba partiendo en mil pedazos al escuchar aquella verdad, pero no quería aceptaro, simplemente no quería.

— Vale...— Murmuró María José sin saber que decir, su pecho dolía y estaba a punto de llorar.

—¿No eres hija de mi papá?— Preguntó otra vez la mayor, soltando las bolsas en su manos.

— Valentina, hija-

—¡Tú ni hables, mamá!— Interrumpió Valentina con rabia.— ¡No te atrevas! ¡Poché, responde!— Presionó la chica viendo a su hermana.

— Si...— Musitó, Valentina sintió su mundo derrumbarse.— No soy hija de Juan Carlos Garzón.— Y esa fue la estocada final para matar sus esperanzas.

— N-no.— Titubeó la mayor, negando con su cabeza.— Debe ser mentira, n-no.— Aún no lo aceptaba, no quería creerlo.

— No es mentira, Vale.— María José se acercaba a Valentina, pero la chica se alejó, sintió su pecho doler.— Hay pruebas, ella me lo dijo.— Puntualizó señalando a su progenitora.

Valentina miró a su madre, el enojo se avivó desde la punta de los pies hasta la punta de sus dedos, Martha solo lloraba en silencio y negaba con su cabeza al ver lo que había hecho.

— Vete.— Siseó Valentina entredientes.

— Valentina.— Murmuró Martha.

—¡Que te largues!— Gritó Valentina con gruesas lágrimas bajando de sus ojos.— ¡Solo apareciste para joder nuestra vida! ¡Eres la peor madre de todas!— Martha sollozaba y Valentina hervía de la rabia y decepción.

— Y-yo

— No vuelvas a poner un pie aquí.— Valentina tomaba a Martha del brazo sacándola de la casa.— Olvida que somos tus hijas y déjanos en paz.— Siseó con furia y cerró la puerta de golpe.

Dejó sus manos recargadas contra la puerta, no se atrevía a mirar a la peliazul a su lado, no podía. Valentina soltó un sollozo y se deslizó por la puerta lentamente sintiéndose asfixiada y con un dolor indescriptible en su ser.

La lista || TerminadaWhere stories live. Discover now