¿Me perdonas, Penélope?

Perdón#8: Intervención

Se escuchó el sonido de romper huesos y cavar en la carne.

- Eh, Hugh -

Derick bajó lentamente la mirada y miró hacia abajo, su mirada se topó con la mano de otra persona atrapada en su pecho izquierdo.

Cuando volvió a levantar la vista, vio el rostro de una mujer, no, de un monstruo que parecía muy feliz.

- Como era de esperar, es difícil controlar el lavado de cerebro -

Al mismo tiempo, la mano clavada en su pecho se hundió salvajemente en su interior.

La boca de Derrick goteaba sangre roja.

Su mano, que había sido levantada en alto, cayó impotente, dejando caer su espada.

Miró a su hermana con los ojos llenos de vida.

- ¿Qué tan terrible sería saber que la verdad es que la amas y la rompiste por tu lavado de cerebro? -

Las crueles palabras salieron de la boca de Yvonne y el disgusto que había estado ocultando se derramó.

Los ojos de Derrick, que temblaban sin cesar, se detuvieron de repente.

El día comenzó como cualquier otro dentro del ducado Eckart, con los sirvientes despertándose a primera hora de la mañana para comenzar con sus labores correspondientes.

En una habitación del tercer piso, un joven pelinegro se despertó de golpe e inmediatamente se incorporó de la cama, con la camisa de la pijama toda mojada por el sudor y con la respiración agitada.

Su mano se dirigió en dirección a su pecho por el dolor fantasma que sentía por haber sido atravesado por el brazo de quien creía que era su hermana menor.

Sin embargo, no tenía ninguna herida por ser atravesado, también se sentía diferente a la normal.

Levanto la mirada y se topó con el espejo de su habitación.

Tenía una apariencia más joven, lejos de su verdadera edad de veinticuatros años.

- ¿Qué demonios? – No pudo evitar maldecir tras este cambio repentino en su apariencia.

Se parecía a cuando tuvo su ceremonia de mayoría de edad, el mismo tiempo en que Penélope entró al ducado...

¡Penélope!

Rápidamente salta de la cama y corre en dirección a la habitación de Penélope lo más rápido que puede.

Mientras corre se topa con varios rostros conocidas, pero de igual manera más jóvenes.

Incluso se encontró con una Emily adolescente quien de seguro iba de camino a despertar a la peli magenta o como él recordaba, para acosar a Penélope como el resto de la gente del ducado.

Derick no dudó en lanzarle una mirada gélida a la castaña, provocando que ella parara en seco por el temor del significado de esa mirada, tenebrosa miró a su alrededor con la esperanza que fuese alguien más la causante de que el joven maestro se enojara.

Pero no había nadie más que ella en el pasillo.

A pesar que él quería ajustar cuentas con ella, tenía algo urgente que hacer en este instante.

Así que siguió corriendo hasta llegar al segundo piso y se dirigió al pasillo donde se encontraba la habitación de Penélope.

- Cada vez que se mencionaba a Penélope, te enojabas como un hombre celoso y nunca sabías que era amor –