Momentos Azucarados

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Mary Miller

---Párate con los pies entre los ejes, separados un poco más de los hombros.--- me subí a la patineta justo como él me indicó. Él me agarraba de las manos con timidez.

---¿Así?--- aún no estaba segura. Lo bueno es que nos habíamos hido del parque, y nos dirigimos a un lugar con menos gente.

---Si, muy bien, ahora intenta empujarte con mucha suavidad. Gira el pie delantero para que quede más recto con la tabla. Usa tu otro pie para empujarte suavemente, e ir lentamente al principio. Créeme, no querrás un accidente solo por querer ir rápido antes de estar lista, y te lo digo por experiencia.--- ambos nos hechamos a reir. El no me observaba directamente a los ojos, al parecer está nervioso. No debe ser fácil para él socializar con extraños, se ve que no es su fuerte.

Lo hice con cuidado, estando al pendiente de que mis movimientos no fueran erróneos. Aunque tambaleaba demasiado, logré recobrar mi compostura.

---¿De ésta forma?---

---S-si, así mismo--- asintió ---Después de obtener algo de impulso, pon el pie trasero en su lugar, en la parte posterior de la tabla, justo del rizo de cola, alrededor de los camiones.--- él me demostraba como, con sus pies en el suelo, e indicandome a que parte de la patineta se refería. Luego me agarró de las manos otra vez, porque tambaleaba.

---Mantén el equilibrio y conduce, doblando un poco las rodillas para mantener el equilibrio, y date otro empujón cuando disminuya la velocidad.--- el me soltó pero se mantuvo cerca de mí.

Al principio, con cuidado, comencé a desplazarme bien.

---Muy bien, sigue así. Sigue practicando, haciendo pequeños empujones y girando los pies--- estaba nerviosa, así que de ves en cuando volteaba hacia atrás para asegurarme de que el estuviera ahí. ---Tranquila, voy detrás de tí--- lo escuché detrás de mí ---Bien, ahora intenta girar el pie de montar en línea recta, empuja con el otro pie y gira hacia atrás.--- hice lo que me dijo, pero no salió muy bien. Cuando intenté girar hacia atrás me trinqué del miedo y casi me caigo, casi, porque él me agarró.

---Lo siento

---No te preocupes, creo que te pedí más, aún así, cuanto más hagas esto más cómoda y segura te sentirás montando la patineta. Solo es cuentión de práctica.

---Si, tienes razón, seguiré intentando--- él se acercó lo suficiente, por si doy un mal paso, que él pueda socorrerme.

Estuve como unos 15 minutos repitiendo esos primeros pasos. No estoy cerca de ser la mejor, pero cada vez corría con más seguridad.

Mientras me desplazaba, una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo, puede que sea estúpido, y que para algunos no sea la gran cosa, pero yo sentía la adrenalina por todo mi ser con cada empujón que daba.

Y lo que me motivaba, además de la emoción que esto me hacía sentir, era la mirada de Leslie. Me miraba como un papá orgulloso, y no solo por mí, sino por él mismo también. Tal ves los demás piensen que es una estupidez, pero yo que soy una persona que le gusta ayudar a los demás y ver el rostro de alegría y agradecimiento de las personas, puedo decir que es algo muy bonito y más cuando te consideras un bueno para nada.

Que tierno es.

Me le quedé observando por unos momentos, y pensé en lo jovencito que se veía, no parecía tener 17, como había escuchado. Parecía de 15 o 14. De la nada le dije...

---Te ves muy jovencito para tu edad.--- por primera vez en una largo rato me miró a los ojos.

---Am, s-si, me lo dicen mucho. Muchos no creen que esté apunto de cumplir 18--- dijo rascandose la cabeza y soltanto una risa nerviosa. ---Tú también te ves más joven para ka edad que tienes.

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