Capítulo 2

34 4 0
                                    



Cuando el doctor Fenris pasó más cerca de ellos, Scott y Stiles cambiaron de postura a una menos natural, con la intención de disimular que no estaban viendo al hombre que salía del trabajo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando el doctor Fenris pasó más cerca de ellos, Scott y Stiles cambiaron de postura a una menos natural, con la intención de disimular que no estaban viendo al hombre que salía del trabajo.

Nora se les quedó viendo durante unos segundos antes de negar divertida. Volvió la vista a Conrad, y luego, nuevamente, al dúo. Llamó su atención para empezar a seguirle antes de que se marchara.

Andaban con pasos cautelosos y sin perderlo de vista. El hombre sintió la presencia de algo detrás de él, por lo que miró de reojo para comprobar sus sospechas. Repitió esta acción dos veces más mientras aumentaba la velocidad simulando tranquilidad.

—Creo que piensa que lo estamos siguiendo —susurró el hombre lobo para que solo su hermana y su amigo escucharan.

—No —respondió de la misma manera Stiles, negando—, no lo piensa.

—Bueno, ¿y por qué está caminando más rápido? —le replicó Nora, al notar el nerviosismo con el que aceleraba el paso el doctor.

—No, no lo está —volvió a negar el castaño, seguro.

—Por si no te has dado cuenta —manifestó la chica—, nosotros estamos caminando más rápido.

—Porque él está andando más rápido.

Nora rodó los ojos, tediosa.

—Puede que piense que le vamos a robar —añadió Scott.

—No vamos a robarle —le aseguró su mejor amigo.

—Pues claro que no vamos a robarle —recalcó la castaña.

—Creo que él sí piensa que vamos a robarle —habló de nuevo el hombre lobo.

Stiles paró en seco y se volvió a su mejor amigo.

—Si creyera que vamos a robarle...

—Idiota, mira a tu izquierda —le interrumpió Nora. El chico miró donde le indicó la castaña, cambió de expresión al ver que el doctor Fenris se iba corriendo por el aparcamiento—. ¿Decías?

Antes de que alguno de los dos hermanos pudieran pensar en algo, Stiles echó a correr siguiendo al hombre. Scott no tardó en seguir a su mejor amigo.

—¡No, esperar! —Nora intentó detenerlos—. ¡Hagámoslo mañana, así no pensará que le... estamos robando! —se cortó así misma al ver como Conrad seguía aumentando el ritmo—. ¡Esperarme, imbéciles!

El hombre se detuvo, con la respiración acelerada, rebuscó inquieto entre sus bolsillos la llave de su vehículo. Los dos adolescentes no pudieron parar a tiempo, por lo que se llevaron por delante al doctor.

Nora observó la escena a unos pasos de distancia de ellos, se tapó la boca con asombro y abriendo los ojos de par en par. Reaccionó a los segundos, dio grandes zancadas hasta ellos y murmurando groserías. 

No iba a mentir que la escena le causó bastante gracia, pero no era momento de risas ni de bromas.

Los chicos se levantaron del suelo de un salto.

—¡Coged el coche, la cartera, todo lo que queráis! —suplicó el hombre aún desde el suelo—. ¡Pero por favor, no me hagan daño!

Nora se arrodilló frente al hombre con la mano alzada.

—Perdone a estos idiotas —habló la chica por el dúo que tenía detrás—. ¿Está usted bien?

—Está bien, no se ha hecho nada —farfulló Stiles, sin dejar al hombre responder.

Conrad giró la muñeca mostrando un pequeño rasguño.

—De nuevo —se apresuró a decir el castaño.

—Lo sentimos —declaró Nora—. Solo queríamos hablar con usted unos minutos. Juro que no le robaremos mucho tiempo —se levantó del suelo al ver que él no le aceptó la mano.

—¡¿Hablar de qué?! —gritó el hombre.

Tanto Nora como Stiles dieron un respingo por el vociferó del hombre. Los tres se miraron balbuceando.

—Lo siento, pero no —negó el hombre luego de que le hablaran sobre su estudio sobre los hombres lobos y que, a lo mejor, él podía ayudarles con su problema

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Lo siento, pero no —negó el hombre luego de que le hablaran sobre su estudio sobre los hombres lobos y que, a lo mejor, él podía ayudarles con su problema. Cerró el maletero de su coche, guardando adentro su maletín y su chaqueta de traje—. Ya no hablo más de eso.

—Por favor —intentó convencerlo Scott una última vez—, no va a tomar más que un par de preguntas.

—La respuesta sigue siendo no —espetó, dio una terminante mirada a los tres adolescentes antes de subirse en su coche para marcharse de una vez de ese aparcamiento.

Se quedaron viendo como el coche desaparecía al dar la vuelta y perdiéndose en la oscuridad de la noche.

—Y ¿ahora qué? —preguntó Scott, mirándoles con curiosidad.

—Plan B —replicó Stiles al instante.

—Te dije que nada del Plan B —riñó Nora al recordar lo que habían hablado esa misma tarde en el cuarto del chico.

—¿Qué tan malo es el Plan B? —cuestionó el hombre lobo interesado.

—Muy malo —se apresuró a decir su hermana.

—¿Me voy a arrepentir del Plan B? —preguntó Scott con cautela, sus esperanzas empezaron a surgir de nuevo, aunque no estaba muy seguro si aceptar el plan de su mejor amigo.

—Solo si nos atrapan —le respondió Stiles como si nada.

Nora le miró para después rodar los ojos, irritada. Sabía que ese plan solo les traería más problemas que solucionar.

Search for a Cure || Especial || #0.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora